viernes, abril 30, 2010
¡Vaya porvenir!
Ayer, platicaba con un amigo que me uno a las críticas que se han desbordado por la incapacidad del congreso mexicano de llegar a acuerdos. Hay al menos dos visiones diferentes e irreconciliables en el espectro político, y no nos hemos podido decidir en tomar un camino. El que sea, pero tomar rumbo.
Sin embargo, creo que muchos medios han influído en la opinión pública respecto a culpar a las cámaras por los males que nos aquejan. Sí, en un marco legal apropiado, se pueden plasmar estrategias de crecimiento y desarrollo; pero no podemos esperar a que eso suceda para poder hacer las cosas bien.
Cada vez es más y más común encontrar en la prensa local e internacional, en todos los medios, críticas al desempeño del gobierno federal. Ha habido tal ineficiencia en las funciones que se nota en las calles: Cada vez más inseguridad, más desempleo, más pobreza. Más migración ilegal, menos desarrollo, más desigualdad. Y esto, creo, no es culpa de la ausencia de las reformas.
Al inicio de mi comentario decía que la UNICEF declara que más de 20 millones de niños mexicanos son pobres. Además, somos punteros en obesidad infantil y desnutrición. Por si fuera poco, esos niños están siendo educados con un sistema educativo muy cuestionable, pobre, mediocre. Muchos de ellos nacieron ya en un país que "transicionaba a la democracia", y no han tenido ningún beneficio de ésto. Al contrario. Hoy, muchos de ellos no pueden salir a la calle por miedo, sus padres no tienen empleo, y sus futuros son cada vez más inciertos. En unos pocos años, serán padres de nuevas generaciones, educarán a nuevos niños mexicanos.
No hay que tener un pesimismo encarnado para poder preveer futuros cada vez más difíciles. Tampoco hay que ser un visionario para darnos cuenta que -aunque suene a cliché- en estos niños está el futuro de este país.
Qué mal que no se estén haciendo las cosas que se requieren desde las cámaras. Pero peor aún, que no se estén haciendo cosas más importantes.
Andrés, hijo: Feliz día del niño.
viernes, abril 23, 2010
Los puentes de Madison.
Cuando de cine se trata, pensar en Clint Eastwood, me trae inevitablemente, la referencia de un arma de fuego; su rostro duro frunciendo el entrecejo, y una escena de balazos en algún escenario desértico y polvoriento.
Hace unas horas vimos “The bridges of Madison County” (Eastwood, 1995). Una película que definitivamente le da un giro total a la percepción que podría tener de este “vaquero del viejo Oeste”.
“Los puentes de Madison”, es una película romántica que cuenta una de esas historias de amor que todos quisiéramos protagonizar en nuestras vidas. Es la historia de una pareja que en medio de la clandestinidad, encuentran la oportunidad de amarse apasionadamente y entregarse por completo. Es una de esas envidiables historias de amor que duran apenas unos pocos días, pero que son tan grandes que son capaces de mantener los corazones enamorados por el resto de la vida.
Lo que es un hecho, es que la trama, llena de escenas románticas, y eróticas, logra capturar la atención y el corazón de quienes decidimos “vivir” la historia. Conmueve a quienes pudimos sentirnos cómplices de ese amorío en secreto, y arranca suspiros y lágrimas a punto de brotar, mientras la imaginación, la fantasía y el deseo trae escenas amorosas –reales o ficticias- a nuestra memoria, con el afán de encontrar para nuestro corazón, una explosión de emociones como la que se muestra en la cinta.
Ahora que estamos haciendo el ejercicio de ver películas de Eastwood, me deja muy gratamente satisfecho su trabajo de dirección y su actuación, mención aparte la conmovedora actuación de Meryl Streep, de quien terminarás enamorándote.
Me gustó mucho la película, porque creo que se mantiene en una zona muy pequeña donde logra emocionar, sin caer en una película rosa y cursi. Es una película donde Eastwood se ve como un galán, rompiendo todos los estereotipos que se había hecho en su carrera, y con una historia de amor que también se sale de lo convencional. Es como una muy bien lograda "balada rock".
martes, abril 20, 2010
No sería sólo por seguridad, sino para que el gobierno tenga acceso a todos nuestros datos.
De esta manera, si se van a filtrar nuestros datos, y se van a vender al mejor postor, más vale que sea una base de datos muy completa. Qué vergüenza con nuestros clientes si entregamos bases de datos parciales o incompletas.
No sé por qué recientemente siento que mis datos están más seguros en Facebook, que en el IFE.
sábado, abril 17, 2010
Ese golpe en la cabeza, causó que sus ojos ya no fueran capaces de distinguir colores. Tampoco sería capaz de detectar los olores que lo rodeaban. Todo lo que oía, parecía tener el mismo tono monótono y no podría nunca más diferenciar texturas... Todo lo que su lengua tocaba tenía aparentemente el mismo insípido sabor.
Pero lo verdaderamente triste, es que perdió tanta sensibilidad que nunca se percató de lo que realmente había perdido. Nunca lo notó.
domingo, abril 11, 2010

Pues no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla.
Hoy suspenderán mi línea telefónica celular. No sé si muchos de los que pensábamos no registrarnos, decidieron de último momento y fueron los que "saturaron el sistema", pero la verdad es que yo no lo intenté. Ni siquiera con mi CURP ni con el CURP de Salinas de Gortari, o el de Peña Nieto, o el de Elba Esther, o el de López Obrador.
La sóla idea de volver a darles mis datos, me escalofriaba. Con mis datos en esa lista, quien la tenga en su poder, podría localizarme físicamente, podría escuchar mis conversaciones, podría leer mis mensajitos y seguramente hasta ver lás páginas de internet que accedo desde mi teléfono. Y no. No es que tema que me espíen. No tengo nada qué ocultar. Sólo que desde el inicio, esta disposición me parece que atenta contra un principio de intimidad, de libertad. Se atenta contra este principio, a cambio de la promesa de que con eso, se combatirá a la delincuencia y se evitará que los teléfonos celulares sean herramientas del crimen.
Todos los vehículos tienen que estar registrados, con un nombre de propietario y dirección. ¿Se han podido evitar crímenes donde se usen autos? En los catastros municipales, están las listas de todas las propiedades y sus propietarios. ¿Ha servido de algo para evitar que se usen casas para secuestros? Los teléfonos fijos tienen nombre y dirección. ¿Desde cuándo se ha dejado de delinquir usando las líneas fíjas de telefonía? En todos los bancos, todas las cuentas tienen un propietario. Un nombre, una dirección, un teléfono fijo, un teléfono móvil. ¿Los narcotraficantes se han abstenido de contratar los servicios de los bancos para poner dinero producto de sus delitos? No.
Si lo vemos a la ligera, quien nada debe nada teme y no debería molestarnos en absoluto dar -una vez más- nuestros datos para control. La cosa es que esa no es la solución. Esta medida tampoco servirá para combatir a los malos. Sin embargo, a cambio, a todas las líneas celulares, podrán mandarnos mensajes personalizados. Sabrán quien está del otro lado de la línea, dónde está y cuáles son sus 10 números frecuentes.
Al final de cuentas, aunque el celular no es una de las herramientas de las que depende mi trabajo, sé que terminaré registrándome. Pero como dice un amigo: Un descanso del celular, no le cae nada mal a nadie.
miércoles, abril 07, 2010
Nunca antes me había sentido tan feliz. Tan orgulloso.
La vida no deja de sorprenderme, y Andrés desde que nació, no deja de llenarme de nuevas emociones.
Descubrir que es un individuo que es capaz de discutir, pelear y defenderse, sigue siendo sin duda una experiencia que me conmueve en cada una de sus palabras tan bien pronunciadas. Ser testigo de cómo se esfuerza para tener mejores y más sólidos argumentos, me vuelve loco.
Antes de que se vaya a su cama, se ha vuelto una costumbre luchar –cada vez más rudo- en mi cama. Casi siempre me toca ser el villano que tiene que ser vencido por el súper héroe. Brinca desde la cama, confiando en que lo voy a atrapar. Deja que lo aviente simulando que vuela, y me golpea –cada vez más fuerte- sin que yo oponga la mínima resistencia. Practica llaves de lucha en mi cuello indefenso, y puede dejarse caer sobre mi estómago para lograr que yo me rinda. Por lo general, como en todos los comics, los malos terminamos sucumbiendo ante los súper poderes de los buenos, pero al final, aún en contra de su voluntad, “el malo”, hecho pomada, lo manda a dormir a su cuarto.
Pero ya entrada la noche, en medio del silencio y la oscuridad, cuando sin ningún motivo aparente, aparece en nuestra cama, y se mete en nuestras sábanas, pretendiendo no ser descubierto, ¡me provoca tanta ternura! Más, cuando ya profundamente dormido, e inconcientemente termina poniendo su manita sobre mi pecho. Y ahí estamos, él vestido con su pijama de superman, y yo, conteniendo el llanto, conmovido, y las ganas de abrazarlo fuertemente para besarlo.
Andrés ayer cumplió 4 años. Y no encuentro ningún regalo que pueda compensar todos los regalos que me hace todos los días.
jueves, marzo 18, 2010
La verdad es que estaba muy identificado con ese modelo de celular. Y aunque sé que lo voy a extrañar, decidí que sería reemplazado con un "smartphone".
Llevo toda la semana intentando aprender a usarlo. Un Blackberry debería hacerme la vida más fácil, pero creo que me está costando mucho trabajo "agarrarle la onda".
Lo cierto es que ya no sé si valga la pena aprender a usarlo, ya que según unos comerciales de radio, el 10 de abril, me van a suspender el servicio. (Si es que Telcel se deja, claro).
Por si no lo sabías, el 10 de abril vence el plazo para registrar tu número celular en una base de datos que promueve el gobierno federal. ¿El pretexto? Es una estrategia más para seguir cerrándole el paso al crimen organizado. ¿Suena lógico, no? Si un miembro del crimen organizado compra un celular para hacer cualquiera de sus fechorías, y si lo obligamos a que de sus datos, rápidamente, cruzando información con la cédula de identificación, podemos dar con él. ¡Claro! La víctima reporta el número, se localiza en la base de datos, y ¡listo! Tenemos su nombre completo, y con él, su dirección y su foto. Veo que el crimen organizado debe estar temblando ante esta iniciativa tan brillante.
Todo esto siempre y cuando, al malhechor en cuestión no se le ocurra falsear información... Es bien sabido que los delincuentes siempre dicen la verdad... sobre todo cuando se trata de sus datos personales...
Eso de la base de datos es muy buena herramienta, siempre y cuando, un delincuente no decida ahora robarse un teléfono de un ciudadano honrado para hacer sus crímenes... que dicho sea de paso, pondría en un serio aprieto al pobre tipo que haya perdido su celular, y que, por este simple trámite, ahora estaría implicado en algún caso de extorsión, o secuestro...
Tambien podría funcionar si se pudiera garantizar que esta base de datos no caerá por ningún motivo en manos del mismo crimen organizado.
Simplemente yo no confío en las autoridades. Me aterra imaginar esta lista de víctimas potenciales, revelando datos personales que el sentido común nos impide andar revelando a diestra y siniestra.
Por eso decidí no registrarme. No lo voy a hacer, y le voy a recomendar a quien pueda, que no lo haga. Lo peor que podrá pasar es que el 10 de abril, nos cancelen el servicio, y nuestros blackberries, sirvan sólo como una chafa cámara fotográfica y una carísima calculadora.
No tengo idea de cuántas personas con celular ya se registraron... Pero ante este clima de psicosis, donde el crimen organizado marca la agenda, y el gobierno brilla por su ineficiencia, prefiero, por seguridad, quedarme sin el servicio.
Mi apuesta, es que muchos como yo, concientemente dudemos de esta -una más- estúpida estrategia anti-crimen, y no nos registremos, y sea caótico cortarle el servicio a millones de usuarios que mantenemos en Forbes a Slim.
Sería "políticamente incorrecto".
Creo.
viernes, enero 22, 2010
De cualquier manera, aquí hay 10 razones por las que no debería aprobarse esta ley:
1) Ser homosexual no es natural. Debemos rechazar lo que no es natural, como las gafas, el polyester, o el aire acondicionado.
2) El matrimonio homosexual fomentará que la gente sea homosexual, igual que estar cerca de personas altas hará que crezcas.
3) La legalización del matrimonio homosexual abre la puerta a que la gente haga todo tipo de cosas raras. De hecho alguno puede que quiera casarse con su perro, ya que puede “firmar” (con su pata) un acta de matrimonio.
4) El matrimonio existe desde el principio de los tiempos y siempre ha sido igual, por lo que no debería cambiarse; por eso las mujeres son propiedad, no tienen alma, los blancos no pueden casarse con negras, y el divorcio es ilegal.
5) El matrimonio heterosexual pierde parte de su sentido si se permite el matrimonio homosexual; hay que defender la santidad de matrimonios como el de Britney Spears, aunque sólo durase 55 horas.
6) Los matrimonios heterosexuales son válidos porque producen hijos. Los matrimonios de parejas homosexuales, estériles, o de edad muy avanzada no deberían permitirse, porque nuestros orfanatos aun no están llenos, y el mundo necesita más habitantes.
7) Obviamente las parejas homosexuales criarán niños homosexuales, igual que las parejas heterosexuales sólo crian niños heterosexuales.
8) La religión (la que sea) no acepta los matrimonios homosexuales. En una cuasi-teocracia como la de la mayoría de países “avanzados”, donde desde los presupuestos generales, a la educación, pasando por el lenguaje, las fiestas y las tradiciones, todo tiene que ver con la religión, sólo se debe aceptar lo que el cura apruebe.
9) Los niños necesitan una figura parterna y una materna en casa para poder desarrollarse saludablemente. Por eso está prohibido que las madres solteras, los viudos, o los divorciados eduquen a sus hijos.
10) El matrimonio homosexual cambiará las bases de nuestra sociedad; no debemos adaptarnos a nuevas normas sociales. Por eso mismo hay que prohibir el software libre, o la copia privada (eso sí, manteniendo el canon).
Derechito del facebook de Salvador Leal
Mi casa no se cayó, y nunca podré saber lo que los niños de mi edad sintieron al ver los pedazos de roca en la calle que una vez fueron su casa. No puedo ni imaginarlo. Si estos recuerdos tan crueles me siguen aterrando, no quiero ni pensar qué habría pasado si en esos recuerdos me viera yo buscando entre un montón de piedras.
Recuerdo la sinergia de la gente. La solidaridad de mi pueblo. Recuerdo a la gente dando la mano. Comida. Consuelo. Dicen que el '85 es un parteaguas en el desarrollo de la sociedad civil como tal, por su comportamiento ejemplar, por su organización ante un estado que no supo qué hacer. Pero tambien recuerdo la reacción de la ayuda internacional. Recuerdo que el gobierno de Cuba, reconstruyó mi escuela primaria, y la escuela donde trabajaba mi mamá. Todavía deben estar las placas que lo demuestran. Tambien deben estar los cientos de pies de casas que el gobierno suizo regaló. O la colonia que fue construída por la Cruz Roja Internacional. Y recuerdo los camiones repletos de alimentos enlatados con etiquetas del "U.S. Army", que llegaban a las escuelas para repartirlos entre los damnificados.
Quién sabe si nos llegó todo lo que nos mandó la ayuda internacional. Nunca lo sabré. Nunca sabremos si manos corruptas se aprovecharon de la tragedia para su beneficio. Pero lo que llegó, hizo la diferencia.
Por eso ahora, que tenemos una situación como ésta -quizás peor- en Haití, no puedo evitar sentir la empatía por un pueblo que está desesperado, hambriento y dolido. Hecho pedazos.
Entiendo a las voces que puedan alertarnos de vivales que sin escrúpulos se quieran pasar de listos, pero quisiera, por este medio, invitar a quien quiera, a dar. Algo les llegará.
lunes, enero 04, 2010
Así como hace diez años, el inicio de este año, trajo, además de todas esas buenas intenciones y buenos deseos, la idea de que en estas fechas se comienza una década.
Concepto incorrecto, por supuesto.
Imaginemos que el inicio del conteo del tiempo comenzó un "1 de enero del año 1", (El año cero no existe. El "cero" es el instante que separa al año 1 del año -1), eso quiere decir que el primer año de este calendario termina un 31 de diciembre del año 1.
Dado que una década es el conjunto de 10 años, debemos esperar a que termine tambien el año dos, el año tres, el año cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve y efectivamente, que termine el año diez. Es decir, que la década terminará el "31 de diciembre del año 10", con diez años terminados, dando inicio a una nueva década el "1 de enero de 11".
Si seguimos el conteo de años, décadas, siglos, milenios, podremos darnos cuenta que el milenio en que vivimos comenzó el 1 de enero de 2001, y no del 2000 como muchos celebraron; y que la primera década del siglo XXI terminará cuando este año que ha comenzado termine.
Felicito a quienes hayan celebrado el inicio de la década... Los felicito, por que serán los únicos que celebrarán este acontecimiento dos veces.
jueves, diciembre 31, 2009
lunes, diciembre 28, 2009
El son, el mariachi, la salsa, una cumbia, un danzón... La alegría de la samba. Es la música uno de los aspectos culturales que más nos une. Más allá del idioma. Y como muestra, celebro cómo una bonita canción en portugués, brasileira, es capaz de transmitir su mensaje hasta América del norte.
Más allá de las similitudes fonéticas y semánticas de nuestros idiomas, podemos ver cómo estamos conectados por el universal idioma de la música y el ritmo.
Si crees que exagero, dale play a la siguiente canción, y dime si no eres capaz de sentir la música, balancear poco a poco tu cuerpo al ritmo de la música y sentir la emoción como si estuvieramos entendiendo la letra.
jueves, diciembre 24, 2009

Desde que este sexenio comenzó, me ha parecido que la mal llamada "guerra contra el narco", carece de sentido común, suponiendo que las intenciones sean las de acabar con el tráfico de drogas en nuestro país.
Es un movimiento costosísimo, que pretende "exterminar" a los productores, traficantes y vendedores de drogas en nuestro país. Limpiar de "narcos", pues.
Todos los días, se agregan a la lista de muertos, hombres, mujeres y niños, por los que no deberíamos sentir ningún tipo de pena, porque según ellos, son "narcos". La cifra, en estos 3 años, suma decenas de miles de muertos. Lo curioso, es que despues de tantas bajas, no se nota ningún tipo de avance. Pareciera como si por cada uno que cae, se contratan dos más. Las filas de los narcos, están llenas de personas, que, lejos al estereotipo que pensamos, ganan salarios mínimos a cambio de jugarse la vida en cada instante. Sí, ese ejército, o "carne de cañón", no puede darse el lujo de vida que se dan los capos o sus más allegados.
Toda esta gente, desposeída, es la que aparece todos los días, degollada, balaceada, sin nadie que los reclame o vengue sus muertes. Es a quienes les declara la guerra todos los días el ejército mexicano... Ellos, son personas que rápidamente son reclutadas, por que en la industria del crimen organizado siempre hay vacantes; por que no encuentran otra forma de ganar dinero para comer.
No se malinterprete mi post. No estoy a favor del narcotráfico. Sólo que no creo que a balazos se pueda combatir. Si todo ese derroche de recursos en esta guerra absurda se enfocara en la generación de empleos, es muy probable que más personas decidan "migrar" a un trabajo legal. Uno donde no tengan que cargar una pistola ni tengan que cuidarse las espaldas.
Si en lugar de desplegar el ejército, se intervinieran las cuentas de los capos... se expropiaran las propiedades... si tan sólo pudieramos hacer un buen esfuerzo para limpiar las corruptelas de las policías... Cualquiera de estas alternativas suena menos descabellada que querer salir a matarlos a todos.
Estamos jugando al ritmo que nos narcos. En el terreno de los narcos. Con las reglas de los narcos. Así no creo que podamos llegar muy lejos: Matar a uno de los meros capos, significa, un triunfo mediatico, pero tambien el desate de una cruenta venganza, y lo peor de todo, es que la vacante que deja, es cubierta inmediatamente. ¿Cuándo vamos a matar a todos?

martes, diciembre 22, 2009
"¿Porqué estamos parados?", me preguntó un día. "Es que el semáforo está en rojo... ¿Lo ves?", Respondí. Señalando el foco rojo que nos indicaba parar, y le expliqué cómo es que funciona, y qué significa cada una de sus luces.
Desde entonces, grita "¡YA ESTÁ EN VERDE!", cuando tenemos que avanzar.
Hace unas semanas, mientras mirábamos atentos a que cambiara la luz del semáforo que nos detenía, se me ocurrió, contar hasta tres: "Uno, dos... ¡Tres!" y al mismo tiempo que tronaba los dedos, e encendió el foco verde del semáforo.
Desde el espejo retrovisor, noté cómo sus ojitos se llenaron de fascinación. Así que lo sigo haciendo cada que lo recuerdo, y se sigue emocionando como la primera vez.
Anoche, en el coche, Andrés me sorprendió:
- "Papá, los semáforos no me hacen caso a mí..."
- "Cuando seas grande, lo vas a lograr, hijo..."
- "Cuando sea grande, ¿Voy a tener súperpoderes como tú?"
Entonces fue cuando mis ojos llenos de emoción lo miraron con mucha ternura...
- "Sí, hijo. Cuando seas grande como yo, tambien vas a tener súperpoderes".
Zapopan, Jalisco, 24 de diciembre de 2009.
Querido niño Dios:
Te extrañará que despues de tantos años, vuelvas a recibir una cartita mía... Pero hoy, después de tanto tiempo, he recuperado la ilusión, y este año, tengo un deseo que quiero que me cumplas.
Sólo deseo que la imagen que mi hijo tiene de mí, le dure muchos años.
Feliz navidad.
A.
jueves, diciembre 17, 2009
No es lo mismo "Los tres mosqueteros" que "veinte años después".
Ayer, en una muy amena reunión, convivimos algunos de los que fuimos compañeros en aquel grupo "D" de la secundaria "Benito Juárez".
Aferrados a una agonizante tradición que nos prometimos en aquellos años, nos juntamos como lo hemos hecho la mayoría de los diciembres desde entonces, para volver a recordar que alguna vez fuimos niños, que cantábamos "Rock en tu idioma" y hacíamos fiestas de 4 de la tarde a 8 de la noche.
En verdad es muy placentero juntarme con ellos, porque me recuerdan al que fui, al que soñaba, al que miraba con ilusión un futuro que hoy ya lo puedo ver hacia atras; pero tambien me recuerdan al niño que quizás nunca conocí. Me ayudan a verme por un espejo retrovisor y me encanta poder conocerme ahora a travez de los ojos de los que me vieron crecer.
Y verlos ahora, y descubrir de nuevo esas sonrisas que nunca han cambiado, de verles la misma mirada de niños en esos ojos adultos, me parece una experiencia fascinante que me motiva a la profunda reflexión de qué tanto es posible que podamos cambiar aunque los años se acumulen en nuestras vidas.
Este año, cumplimos 20 años desde que nos dejamos de ver en las aulas. Este año, como muchos diciembres pasados, tuvimos la oportunidad de demostrarnos que nos importamos y que, aunque esta promesa de juntarnos cada año parece agonizante, pudimos darnos cuenta que nunca podremos separarnos.

Un abrazo.
viernes, diciembre 04, 2009
Cuando se logra disfrutar la nostalgia, hay quienes lo hacen con una copa de vino; con un cigarrillo iluminando una habitación a oscuras; abrazando un recuerdo en forma de almohada... Hay quienes disfrutan sus nostalgias, en un profundo silencio, con los ojos cerrados, acariciandose inconcientemente los labios con la punta de los dedos... Otros, como yo, lo podemos hacer oyendo una canción. Hay canciones, versiones de canciones, que oídas en en correcto estado de ánimo, son capaces de sacar los matices más intensos de todas las nostalgias que se pueden tener... Canciones que podrían embriagarte tanto como ese wiskey en las rocas, o ese cigarrillo sin filtro. Melodías que son capaces de hacerte cerrar los ojos y sumergirte en la oscuridad de tus pensamientos; que incluso son capaces de hacerte llorar de emoción.
Por eso me gusta esta canción. Por que cada que la oigo, descubro ese sentimiento que me envuelve de nostalgia y logra en mí, una muy acogedora depresión.
Salud.
miércoles, noviembre 25, 2009
martes, noviembre 24, 2009
Lo que deberíamos cuestionarnos ahora es si los datos oficiales que se presentan, son reales o, apesar de lo crudos que pueden lucir, estén todavía "maquillados".
¿Quién puede, con todo lo mostrado, negar que vamos de pique? ¿Quién se atreve a decir que todavía "vamos por el camino de la recuperación? Ni siquiera los peleles del gobierno lo pueden hacer...
¿Cuánto Felipe Calderón queda?
La historia en breve.
Ciro Gómez Leyva
2009-11-24•Al Frente
Tres cifras recientes resumen los tres años de gobierno de Felipe Calderón. La primera, ofrecida por él mismo: en lo que va del sexenio, otros 6 millones de mexicanos cayeron en pobreza alimentaria, “en una condición tal que la familia no tiene siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos”. La Cepal redondeó la desolación: México carga hoy con 37 millones de pobres y 12 millones de indigentes.
La segunda es también cifra oficial. La PGR acaba de informar que 75 por ciento de los 227 mil detenidos en la lucha contra el crimen organizado han sido liberados.
La tercera es el cálculo del gobierno sobre el desplome de 7 por ciento de la economía nacional en 2009, lo que significa, entre muchas cosas, que hoy hay menos mexicanos con empleo de los que había el 1 de diciembre de 2006.
Pobreza-seguridad-empleo era el eje de la oferta de su gobierno. No se necesita mayor ciencia política para diagnosticar el tamaño del fracaso. Olvidemos el desánimo colectivo, la corrupción, las reformas fallidas, las crisis sanitarias, la carnicería en la guerra contra el narco, las visas canadienses… Y reconozcamos que la intemperie política es, indudablemente, menos conflictiva que hace tres años. Aun así, el saldo es demoledor: México tiene más pobres, más desempleados, más inseguridad.
Habría que remontarse al 1985 post-sismos de Miguel de la Madrid para hallar algo parecido. ¿Qué le pasó a Felipe Calderón? ¿Al México de Felipe Calderón?
Las encuestas enseñan que, pese a todo, al menos uno de cada dos mexicanos sigue confiando en que, como capitán, sacará al barco de la tormenta. Pero, ¿querrá él librar la tormenta? ¿Cuánto Felipe Calderón queda?
viernes, noviembre 13, 2009
En el taller de dibujo técnico industrial, en la secundaria, cuando la maestra Candelaria salía del aula, mis compañeros, los primos Puga cantaban como si fuera un acto prohibido ésta canción que en aquellos años sonaba cantada por "los toreros muertos":
Hoy, a más de 20 años de esos acontecimientos, me encontré esta versión con Molotov.
Me gustó.
Pero más me gustó recordar esa enorme aula llena de restiradores, reglas "T", y alumnos uniformados cantando canciones que para nosotros, eran irreverentes.
Hoy me resulta una canción tan "simpática"... Qué barbaridad... nos estamos haciendo viejos.
martes, noviembre 10, 2009
Lo que sigue, es trabajar en un proyecto de tesis doctoral que tendrá por lo menos un par de revisiones formales, una en México, en septiembre del próximo año, y otra en un plazo menor a dos años despues de la primer revisión, en la Universidad de Oviedo, en España.
Salimos de clases, como si fuera un día normal... Era el último.
En mi camino de regreso, escuchando la radio, con un incalculable sentimiento de júbilo, cantaba a grito tendido las letras de las canciones que venía escuchado: de noche, sólo en mi camioneta, en medio de una carretera pública federal llena de baches, rodeado de camiones de carga pesada... Nadie podría ver mi cara expresando esa felicidad.
-"Es sólo la mitad del camino..." Me alcancé a escuchar detrás de los comerciales a todo volumen de mi radio... Lo dije mientras me daba cuenta que estabamos pasando por "Casa Blanca", el pueblo que está justo a la mitad del camino entre Ocotlán y Guadalajara... Yo lo decía por el programa del doctorado... aunque en efecto, me faltaban tambien 50 minutos de camino por recorrer.
En ese contexto, la siguiente canción no la canté. Comencé a hacer números: En total, asistí a 14 módulos, cada uno de una semana, de febrero a noviembre. Cada semana, de lunes a viernes: casi 300 horas de clases. En total, 70 viajes redondos de 190 kms... De aproximadamente 200 minutos cada uno, es decir, más de 13,000 kms y más de 200 horas manejando por la misma carretera... y dado que mi camioneta gasta casi un peso por cada kilómetro recorrido, debemos estimar por lo menos otros $13,000 sólo en gasolina, que se suman a los otros miles que pesos que me costaron las inscripciones, libros, copias y otros materiales... sin mencionar los litros de agua, gatorades, cigarrillos y otras chucherías que compré para acompañar el camino.
Tuve que volver a mirar el camino ante el súbito frenón del trailer que iba adelante mío. Me sacó de mi trance aritmético, pero me quedé muy asustado de los números que salían de mis operaciones mentales: Si hubiera hecho estas mismas operaciones el día uno, seguro habría considerado dos veces inscribirme al programa; o habría sido fácil tomar la decisión de abandonarlo en cualquier momento.
Hoy, no quiero imaginar el tamaño del esfuerzo que tendré que invertir en hacer una tesis doctoral. Supongo que será monumental. Hoy sólo quiero celebrar que estoy a la mitad del camino, y que pronto, espero que muy pronto, pueda hacer tambien la reseña desde el final del último tramo que me queda por recorrer.