jueves, diciembre 31, 2009

Esta vez, no cometeré el error de poner todos mis propósitos en un sólo año.

lunes, diciembre 28, 2009

La música popular latinoamericana siempre ha ocupado un lugar muy especial en mis preferencias. Desde los ritmos caribeños hasta los tangos sudamericanos. La música que transmite un sentimiento de júbilo, y aquellas letras que inundan de sentimientos a mi dispuesto corazón.

El son, el mariachi, la salsa, una cumbia, un danzón... La alegría de la samba. Es la música uno de los aspectos culturales que más nos une. Más allá del idioma. Y como muestra, celebro cómo una bonita canción en portugués, brasileira, es capaz de transmitir su mensaje hasta América del norte.

Más allá de las similitudes fonéticas y semánticas de nuestros idiomas, podemos ver cómo estamos conectados por el universal idioma de la música y el ritmo.

Si crees que exagero, dale play a la siguiente canción, y dime si no eres capaz de sentir la música, balancear poco a poco tu cuerpo al ritmo de la música y sentir la emoción como si estuvieramos entendiendo la letra.


jueves, diciembre 24, 2009


Desde que este sexenio comenzó, me ha parecido que la mal llamada "guerra contra el narco", carece de sentido común, suponiendo que las intenciones sean las de acabar con el tráfico de drogas en nuestro país.

Es un movimiento costosísimo, que pretende "exterminar" a los productores, traficantes y vendedores de drogas en nuestro país. Limpiar de "narcos", pues.

Todos los días, se agregan a la lista de muertos, hombres, mujeres y niños, por los que no deberíamos sentir ningún tipo de pena, porque según ellos, son "narcos". La cifra, en estos 3 años, suma decenas de miles de muertos. Lo curioso, es que despues de tantas bajas, no se nota ningún tipo de avance. Pareciera como si por cada uno que cae, se contratan dos más. Las filas de los narcos, están llenas de personas, que, lejos al estereotipo que pensamos, ganan salarios mínimos a cambio de jugarse la vida en cada instante. Sí, ese ejército, o "carne de cañón", no puede darse el lujo de vida que se dan los capos o sus más allegados.

Toda esta gente, desposeída, es la que aparece todos los días, degollada, balaceada, sin nadie que los reclame o vengue sus muertes. Es a quienes les declara la guerra todos los días el ejército mexicano... Ellos, son personas que rápidamente son reclutadas, por que en la industria del crimen organizado siempre hay vacantes; por que no encuentran otra forma de ganar dinero para comer.

No se malinterprete mi post. No estoy a favor del narcotráfico. Sólo que no creo que a balazos se pueda combatir. Si todo ese derroche de recursos en esta guerra absurda se enfocara en la generación de empleos, es muy probable que más personas decidan "migrar" a un trabajo legal. Uno donde no tengan que cargar una pistola ni tengan que cuidarse las espaldas.

Si en lugar de desplegar el ejército, se intervinieran las cuentas de los capos... se expropiaran las propiedades... si tan sólo pudieramos hacer un buen esfuerzo para limpiar las corruptelas de las policías... Cualquiera de estas alternativas suena menos descabellada que querer salir a matarlos a todos.

Estamos jugando al ritmo que nos narcos. En el terreno de los narcos. Con las reglas de los narcos. Así no creo que podamos llegar muy lejos: Matar a uno de los meros capos, significa, un triunfo mediatico, pero tambien el desate de una cruenta venganza, y lo peor de todo, es que la vacante que deja, es cubierta inmediatamente. ¿Cuándo vamos a matar a todos?


martes, diciembre 22, 2009

Desde la sillita de Andrés, en el asiento trasero, se tiene un panorama muy bueno de todo lo que sucede mientras vamos en el coche. Desde hace unos meses, Andrés se involucra tanto con lo que pasa afuera mientras viajamos, que es imposible que se quede callado: "Papá, papá, papá, ¿Ya viste ese tractor?". Y Lina y yo tenemos que ponerle "pausa" a nuestra conversación, para poder responder a todas sus preguntas. Con su dedito señala y se asegura que todos veamos cuanto él ve.

"¿Porqué estamos parados?", me preguntó un día. "Es que el semáforo está en rojo... ¿Lo ves?", Respondí. Señalando el foco rojo que nos indicaba parar, y le expliqué cómo es que funciona, y qué significa cada una de sus luces.

Desde entonces, grita "¡YA ESTÁ EN VERDE!", cuando tenemos que avanzar.

Hace unas semanas, mientras mirábamos atentos a que cambiara la luz del semáforo que nos detenía, se me ocurrió, contar hasta tres: "Uno, dos... ¡Tres!" y al mismo tiempo que tronaba los dedos, e encendió el foco verde del semáforo.

Desde el espejo retrovisor, noté cómo sus ojitos se llenaron de fascinación. Así que lo sigo haciendo cada que lo recuerdo, y se sigue emocionando como la primera vez.

Anoche, en el coche, Andrés me sorprendió:

- "Papá, los semáforos no me hacen caso a mí..."
- "Cuando seas grande, lo vas a lograr, hijo..."
- "Cuando sea grande, ¿Voy a tener súperpoderes como tú?"

Entonces fue cuando mis ojos llenos de emoción lo miraron con mucha ternura...

- "Sí, hijo. Cuando seas grande como yo, tambien vas a tener súperpoderes".

Zapopan, Jalisco, 24 de diciembre de 2009.

Querido niño Dios:

Te extrañará que despues de tantos años, vuelvas a recibir una cartita mía... Pero hoy, después de tanto tiempo, he recuperado la ilusión, y este año, tengo un deseo que quiero que me cumplas.

Sólo deseo que la imagen que mi hijo tiene de mí, le dure muchos años.

Feliz navidad.

A.

jueves, diciembre 17, 2009


No es lo mismo "Los tres mosqueteros" que "veinte años después".

Ayer, en una muy amena reunión, convivimos algunos de los que fuimos compañeros en aquel grupo "D" de la secundaria "Benito Juárez".

Aferrados a una agonizante tradición que nos prometimos en aquellos años, nos juntamos como lo hemos hecho la mayoría de los diciembres desde entonces, para volver a recordar que alguna vez fuimos niños, que cantábamos "Rock en tu idioma" y hacíamos fiestas de 4 de la tarde a 8 de la noche.

En verdad es muy placentero juntarme con ellos, porque me recuerdan al que fui, al que soñaba, al que miraba con ilusión un futuro que hoy ya lo puedo ver hacia atras; pero tambien me recuerdan al niño que quizás nunca conocí. Me ayudan a verme por un espejo retrovisor y me encanta poder conocerme ahora a travez de los ojos de los que me vieron crecer.

Y verlos ahora, y descubrir de nuevo esas sonrisas que nunca han cambiado, de verles la misma mirada de niños en esos ojos adultos, me parece una experiencia fascinante que me motiva a la profunda reflexión de qué tanto es posible que podamos cambiar aunque los años se acumulen en nuestras vidas.

Este año, cumplimos 20 años desde que nos dejamos de ver en las aulas. Este año, como muchos diciembres pasados, tuvimos la oportunidad de demostrarnos que nos importamos y que, aunque esta promesa de juntarnos cada año parece agonizante, pudimos darnos cuenta que nunca podremos separarnos.

Un abrazo.

viernes, diciembre 04, 2009

La nostalgia es un sentimiento al que se puede llegar a disfrutar. Esa sensación de un corazón apretado... de un nudo en la garganta... de sentirse invadido por pensamientos que empujan lágrimas por los ojos... Sensibilidad en la piel.

Cuando se logra disfrutar la nostalgia, hay quienes lo hacen con una copa de vino; con un cigarrillo iluminando una habitación a oscuras; abrazando un recuerdo en forma de almohada... Hay quienes disfrutan sus nostalgias, en un profundo silencio, con los ojos cerrados, acariciandose inconcientemente los labios con la punta de los dedos... Otros, como yo, lo podemos hacer oyendo una canción. Hay canciones, versiones de canciones, que oídas en en correcto estado de ánimo, son capaces de sacar los matices más intensos de todas las nostalgias que se pueden tener... Canciones que podrían embriagarte tanto como ese wiskey en las rocas, o ese cigarrillo sin filtro. Melodías que son capaces de hacerte cerrar los ojos y sumergirte en la oscuridad de tus pensamientos; que incluso son capaces de hacerte llorar de emoción.

Por eso me gusta esta canción. Por que cada que la oigo, descubro ese sentimiento que me envuelve de nostalgia y logra en mí, una muy acogedora depresión.

Salud.