martes, junio 24, 2008

Tarsicio despertó esta mañana más temprano de lo normal. Hace ya muchos años que los claxons y los rugidos de motores a lo lejos, reemplazaron esas mañanas de jilgueros y gallos cantores.

Han pasado ya casi cuatro semanas de que despierta solo. Estira su mano sobre la mitad vacía de su cama, y sólo encuentra la frialdad que dejó esa tormenta nocturna que se pudo filtrar por huecos en las ventanas y por algunas tejas que han cedido con el paso del tiempo.

Le cuesta trabajo levantarse. El frío es el aliado perfecto para esos dolores de espalda que hacen que se encorve cada día más. Se sienta en la cama con dificultad, y viéndose en el espejo, se acomoda y abotona su chaleco y su camisa que tienen el olor del sudor de más de cinco días con sus noches. Con sus manos temblorosas acomoda sus cabellos para atrás, y descubre sin sorpresa que su melena ya casi está completamente blanca. Se talla con sus manos su cara llena de arrugas, su grande naríz... talla como queriendo arrancar su barba crecida y desaliñada.

Sus ojos pequeños y vidriosos, ven atravez del espejo el hombre que es. Mira y se abstrae. Se pierde en el reflejo buscando algo que sabe bien, no encontrará. Los minutos pasan lentamente y Tarsicio sigue ahí, sentado en una cama llena de recuerdos. Sólo. Sucio. Olvidado.

Mete sus flacos pies en sus botas. Y por fín se levanta haciendo un gran esfuerzo. El espejo le hace ver cuán delgado se ha vuelto. Su cinturón ya no tiene suficientes agujeros para fajarlo. Trata de reparar inútilmente las arrugas de su pantalón, pero desiste rápidamente.

Destapa una cocacola y la vierte en un vaso, junto con las yemas y las claras de dos huevos de gallina. La bebe rápidamente y se limpia la boca con la manga de su camisa. Se pone una cachucha que le queda grande, abre la puerta de su casa... mira con nostalgia ese interior tan breve, tan solo... baja la mirada y sale poco a poco. El portazo es lo único que se queda en su casa en este momento.

Se sube a su auto. Acomoda el espejo retrovisor, lo enciende y se dirije a su central.

En la calle todo le recuerda a ella. Sube el volúmen al radio para no distraerse con recuerdos que le hacen llorar.

-"¡Órale don Tata, Ciudad del Sol!"

Vuelve a arrancar.

-"¿Aquí pidieron un taxi?"

-"Sí, señor."

Me despido de Lina, y le pido que le diga a Andrés que lo quiero mucho. Me subo al taxi.

-"A la terminal de autobuses, por favor..."

-"¿Qué tal la lluvia de ayer, eh?"

domingo, junio 22, 2008

En la terminal de autobuses intercambié unas "palabras" con unos sordomudos.

Me quedó la duda: ¿Ellos se podrían comunicar con su lenguaje de señas con sordomudos de otros países? Si ellos quisieran ir a Francia, ¿tendrían que aprender el lenguaje de señas en francés?

sábado, junio 14, 2008

Ayer, una cena de negocios, terminó en en un lugar de música cubana en vivo, y no pude evitar pararme a bailar con una japonesita que baila estos ritmos como si hubiera nacido del otro lado del mundo de las islas del Caribe.

Tuve que bailar por dos razones: Lo mío son los ritmos cubanos y por que fué ella quien me invitó a bailar. Tengo más de 4 testigos.

El caso es que independientemente de lo mal que yo bailo, la notoria falta de ritmo y coordinación motriz de mi pareja de baile, y de la risa que esta situación le causaba a mis compañeros de mesa, tuve un recuerdo ya muy lejano que se refrescó esa noche.

En la semana santa del año 2002, junto con otros 6 solteros, emprendimos un viaje a Cuba. Me vino a la memoria, junto con los acordes de las melodías que bailaba, esas calurosas noches-madrugadas, donde mi compadre y yo, junto con una bola de músicos cubanos cantábamos y bailábamos temas clásicos y los temas de moda.

En ese viaje, escuchamos y bailamos por primera vez, la canción de "Un montón de estrellas". Todo nuestro grupo, había sido contagiado por el ritmo y sabor de esa canción, y nos dimos a la tarea de buscar y comprar discos que tuvieran ese tema... Era una fiebre, que sería una pequeña muestra del efecto que causaría, meses despues en nuestro país, esa misma canción, invadiendo las más importantes estaciones de radio.

Una tarde de paseo por las calles de La Habana vieja, un señor, que por su aspecto podría ser confundido con el conductor de la guagua, estaba repartiendo autógrafos y se dejaba fotografiar por locales enloquecidos. De primera instancia, a ninguno de mis amigos les interesó este detalle y fuí yo solo quien se acercó a la pequeña multitud a preguntar quién era el tipo del sombrero que era abordado y besado por las señoritas de todas las edades. -"Es Polo Montañes". En ese momento ni a mí, ni a ninguno de mis acompañantes les resultaba familiar ese nombre, pero como yo ya estaba muy cerca de este personaje, me tomé una foto con él.

Días después, en alguna playa de Varadero, en una estación el radio local, pusieron "Un montón de estrellas"; subimos el volúmen del receptor, y, al término de la canción, nos fuimos de espaldas al oír que quien compuso y cantaba esa canción era el mismísimo Polo Montañes. Y yo tenía una foto con él, que pasó de ser una anécdota a ser una imagen muy valiosa.

Regresamos, y fuimos nosotros, quienes, promovimos esta y otras canciones en nuestros círculos más cercanos... el efecto de la melodía era unánime: A todos les gustaba la canción. Podíamos pronosticar que sería el éxito que fué, y que Polo, mi sonriente acompañante de esa foto sería un personaje muy famoso... que los autógrafos los daría ahora afuera del auditorio nacional.

Ese mismo año, en la primera mitad de noviembre, su nombre aparecía en un programa, anunciando un concierto con el marco de la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, cuando Cuba había sido el invitado de honor. No es necesario que detalle el torrente de emociones que me obligaba a ir a ese concierto. No veía ninguna razón lo suficientemente poderosa como para poder perderme ese espectáculo, y por qué no, pedirle que me firmara la foto tomada meses atrás y que, ya en papel, llevaría ese día.

Se llegó el día del concierto, y en el auditorio al aire libre de la ExpoGuadalajara tocaba un grupo desconocido. Yo había cumplido mi palabra. Pero Polo no llegó. Polo había muerto 10 días antes de su presentación.

La noticia recorrió el mundo entero. Y ese año en la Fil, Silvio Rodriguez le dedicó una canción y un minuto de aplausos. Lina y yo estábamos en la penúltima fila, y mientras aplaudía, se me enchinaba la piel, porque para mis adentros, tarareaba su canción.

Ayer, mientras la japonesita sonreía agradecida en medio de una pista de baile, yo recordaba con detalle esta historia. Polo no está. Esa foto nunca se imprimió y quedó perdida en algún respaldo que dificilmente encontraré... Sólo me queda el recuerdo.

martes, junio 03, 2008

De nuevo con el tema de la reforma petrolera.

Ahora, hay a quienes les parece una idea descabellada el consultar a la gente respecto a la aprobación de la iniciativa de Calderón.

Es complicada? Sí. Es inconstitucional? Es posible.

El punto que desde hace varias semanas he sostenido es que, quienes hoy quieren tomar la decisión de aprobar una reforma, quienes se creen con el derecho de ser nuestros representantes, NUNCA presentaron este proyecto, o esta intención, o siquiera una posibilidad de lo que ahora quieren ejecutar.

Nuestros representantes, sí. Por que votamos por ellos. Y votamos por ellos y no por otros, por que en su campaña electoral mostraron un proyecto legislativo que le pareció más adecuado a la mayoría de los votantes.

¿Cómo es que, despues de dos años, "improvisan" y se sacan de la manga un asunto tan trascendente y lo quieren aprobar?

¿Qué habría sido de esos mismos representantes si en su campaña hubieran descrito, aunque sea brevemente la reforma? ¿Por qué Calderón ni la mencionó en su camapaña?

Ese tema no se discutió en las elecciones del 2006. Si no se hace un referendum, yo propondría que los partidos que estén de acuerdo por la iniciativa, lo digan abiertamente en las elecciones del 2009, y que la gente vote en consecuencia. Si la gente vota por los que quieren privatizar, que se privatice.

Démosle la oportunidad a los ciudadanos de opinar con el voto. Ahora, o en 2009. Esa es la democracia.

lunes, junio 02, 2008

Negro, blanco; día, noche; ying, yang; bien, mal; razón, emoción; positivo, negativo; masculino, femenino; derecho, izquierdo.

No me extraña que en en amplísimo espectro de ideologías, apesar de todos los matices, se identifiquen dos polos: "la derecha" y "la izquierda". Casi todo lo que existe en el mundo cuenta con su "opositor", con su antónimo, con su contrapeso, pues. En teoría, así es como se mantiene el equilibrio de las cosas.

En el blog de Salvador Leal, encontré un post que evidencia cómo los simpatizantes de la llamada "izquierda", en política, tienen una mayor capacidad creativa, y refiere a los cánticos, porras, gritos de guerra y hace una alusión particular de la enorme cantidad de moneros que -desde siempre- han simpatizado con los movimientos encabezados por líderes de izquierda. Yo quisiera agregar, que tambien los literatos, intelectuales, artistas de diferentes disciplinas... casi todos, con una característica en común: sensibilidad.

Es casi un hecho, que aquellos, que tienen el don de la sensibilidad, quienes apoyan sus pensamientos, desiciones, teorías y justificaciones en sus emociones y sentimientos, simpatizarán más con la izquierda. No es una coincidencia que sean ellos, creadores, intérpretes, o luchadores sociales. Casi siempre están acompañados de sentimientos como la piedad, la compasión, la empatía, la solidaridad, la generosidad, la amistad, etc.

Los de la derecha, por el contrario, basan sus criterios más en la razón. En cálculos. En números. En la frialdad de decisiones. Son más individualistas, egoístas. Están ligados a profesiones más exactas, precisas. Piensan en "beneficios individuales". Quienes simpatizan con los matices de la derecha, son ciudadanos con una visión más superficial de los problemas sociales: Todo se resuelve con dinero. El dinero es el indicador del éxito o el fracaso. No existen otro tipo de valores que no sean relacionados con lo material.

Mientras unos se identifican con "los débiles", los otros siempre están del lado de "los poderosos"; unos, por ejemplo, concentrados en el combate a la desigualdad, los otros, en la generación de la riqueza. -Conceptos completamente diferentes-

Mientras los primeros intentan ayudar al que tiene hambre, los otros le echan en cara su miseria y lo culpan por no tener empleo. Unos luchan por que todos seamos iguales, los otros por que cada quien tenga lo que merece. (Como si todos nacieramos en las mismas condiciones, para tener las mismas oportunidades y aspirar a merecer lo mismo).

Es decir, unos están preocupados por un crecimiento social para todos, los otros, por un crecimiento económico, aunque sea de unos pocos. Unos son tachados de populistas, los otros de neoliberales.

No hay razón para descalificar cualquiera de las dos formas de ver la misma realidad. Imagino, que el tipo de pensamiento podría incluso, estar ligado con algún lóbulo cerebral, con la química sanguínea o algo así... por que en mi corta experiencia, he descubierto a hombres ricos y poderosos con una genuina preocupación por los demás, particularmente con los más desprotegidos; y tambien he conocido a personas con los más paupérrimos recursos económicos, que, pretenden un éxito desde su individualidad, sin siquiera preocuparse un poco por sus iguales.

De lo que sí podemos estar seguros es que es muy complicado, imaginar siquiera, lograr acuerdos entre personas o grupos con diferencias tan extremas... habría qué pensar si deveras quisiéramos ponernos de acuerdo.