jueves, marzo 02, 2006

Gaspar, Tomás, Toribio, Benito… Cada día que pasa, estamos más cerca de recibir a nuestro hijo.

El nerviosismo, ha cambiado de color, y ahora estamos procurando ir pensando en cómo cambiará nuestra vida.

Por lo pronto, la última vez que fuimos al supermercado, ya reconocimos el pasillo donde se exhiben los pañales desechables, los biberones y la ropa de bebés.

Jacinto, Federico, Romualdo... No tenemos claro cómo será vivir con un hijito. Y aunque es algo que no nos preocupa del todo, personalmente me tiene muy inquieto. Es algo con lo que había soñado tanto, tantas veces que no deja de emocionarme, pero la verdad, es que me preocupan los pequeños detalles.

Y me preocupa que se pase el tiempo y que un día descubra que mi hijo ha crecido y no pude hacer todo lo que tengo planeado para él.

Jonás, Igor, Jerónimo. Hoy tenemos ya muchas cosas pensadas para él. Hemos imaginado muchas situaciones y hasta nos hemos puesto de acuerdo en cómo resolver muchas de ellas. Todavía no nace y ya nos hemos esforzado por resolverle la vida.

Un ejemplo claro de esto, es que hoy, apenas a 45 días de su nacimiento, ya tenemos resuelto el asunto de su bautismo. Sabemos quiénes serán los padrinos, sabemos dónde y cuándo haremos la ceremonia... Incluso, tenemos ya preparados los detalles de la recepción, como el menú, la música, el salón... Ya hasta, hemos empezado a hacer la lista de invitados.

Pero cuando he repasado por mi mente la redacción de la invitación, me doy cuenta que no hemos resuelto un asunto mucho más urgente que definir su educación primaria. Me doy cuenta que no hemos decidido cuál será el nombre que usará toda su vida.

Nos hemos acostumbrado a decirle "Elwer", que habíamos pasado por alto que nuestro hijo merece un nombre como tal. Un nombre de verdad, pues.

Lina, mi amada esposa, me ha insistido en hacer un ejercicio que consiste en que ella haría una lista con sus 10 nombres favoritos, y que yo haría otra lista con los míos... entonces, las compararíamos y si hay coincidencias, entre esos nombres estaría el elegido... si no, pues ya tendríamos un universo de 20 nombres para decidirlo... y aunque ella terminó hace ya varios días la suya, por una u otra razón no había podido concentrarme y hacer la mía.

Quizá era necesario ver un nuevo ultrasonido, y asegurarme que era niño, y volver a sentir esa emoción de verlo moverse a través de una pantalla monocromática.

Antier, mientras le hacían el ultrasonido, cuando le pregunté al doctor expresamente si estaba seguro de que mi hijo sería hombre, su respuesta fue más que contundente:

-"si este bebé fuera niña, tendríamos que ir pensando en qué le vamos a hacer a ese bulto que tiene entre las piernas..."

Ante esta afirmación, mi cabeza se llenó de nombres y apenas ahora le he podido dar forma a mi lista preliminar.

Espero que en estos días, salga humo blanco y podamos por fin, hablarle a nuestro hijo con su nombre definitivo.

Seguro que no será fácil. Seguro no será una tarea sencilla. Pero sabemos de la seriedad de dicha empresa y prometo que haremos lo posible para encontrarle un buen nombre, aún a sabiendas de que no será un nombre que le agrade a todos, pero que de seguro nos tiene que gustar a los padres.

Por lo pronto, podemos asegurar que no será Abrilo, ni Elwer.

A.