jueves, noviembre 17, 2005

Anteayer, fuimos mi esposa y yo a visitar al ginecólogo a la revisión de rutina.

Teníamos programando un ultrasonido que prometía tener la habilidad de ver muchos detalles del desarrollo de nuestro bebé. El doctor haría mediciones y vería detalles que nos daría pistas de la salud de nuestro hijo. Pero lo más importante, y lo que más me atraía de ese estudio era precisamente que podríamos ver su sexo y sabíamos que al final de esa sesión, sabríamos por fín, si nuestro hijo sería niño o niña.

El doctor preparó todo el proceso y cuando la imagen se empezó a ver en su monitor, borroso, y en blanco y negro, el doctor en un plan de jugueteo, y con un muy buen sentido del humor, comenzó ha platicar con los evidentemente nerviosos nuevos padres.

- Señora, ¿qué quiere que sea?
-"Mmmm... no sé; Lo que sea"
- ¿Cómo que lo que sea?
- "¡Sí... lo que sea!...mmm... ¿niño?"
- Ahí está el cerebro; sus lóbulos...; eso que se ve ahí es su orejita, y ahí están sus ojitos...
- "¿De qué color serán, doctor?"- Pregunté ansioso.
- jejeje, eso todavía no se puede ver con este ultrasonido... pero miren, ahí está su otra oreja... su cerebelo: per-fec-to.

Eso que parpadea es su corazón... tiene un ritmo normal. Sus pulmones, riñones, hígado... sus bracitos. ...3, 4, 5; 4, 5... dedos completos. Y en sus pies también.

Ese es su intestino... ¡Y mire ahí! ¿Dígame qué vé?

- "¡Ah! ¡Salió a su padre!"- Dije emocionado mirando el monitor del ultrasonido.
- Ese es el cordón umbilical, señor, no sea presumido...
- "Bueno... mmjum... yo también tuve un cordón umbilical...!" me defendí apenado.
- Si es niña, ¿cómo se llamará?
- "Abril". Dijo mi esposa.
- ¿Y si fuera niño?
- "...Abrilo...". Dije y dudé al mismo tiempo.
- Jejeje... ¡qué bueno que no eligieron el nombre de Ana!
- "¿¡Entonces qué es, doctor!?" Me impacientaba.
- Lo único que les puedo decir, es que les recomiendo que busquen un nombre mejor que "Abrilo".

En ese momento, la sangre me heló la espalda y mis ojos se cubrieron de una lágrima muy delgadita y muy dulce...

Y estaba ahí mi bella esposa, tendida en el sillón con ese aparato-espía en el abdomen... sonriendo y disfrutando mi abrazo a distancia.

Sólo recuerdo que di un aplauso muy fuerte para poder controlar mis emociones.

El caso es que ahí, sin importarme que el doctor estuviera entre nosotros, quise comerme a besos a mi güerita, y tocarla, abrazarla, y comenzar de nuevo a platicar en lo que haremos cuando venga.

Ahora podríamos hablarle a nuestro hijo con el género correcto, podríamos empezar a darle una personalidad, y si nos esforzamos un poco, hasta podríamos imaginarlo.

Todo ese día, estuve pensando en las dos posibilidades a las que estábamos expuestos... y aunque Lina y yo ya habíamos platicado algo al respecto, no había sido claro definir qué era lo que realmente queríamos.

Yo le decía que me parecía que tener un hijo, haría más fácil para mí hacer la tarea de padre... que ya tengo pensados muchos discursos que inconscientemente están dirigidos a un niño; y que me costaba más trabajo pensar en hablar con una hija.

Y la verdad es que me consta que desde las primeras semanas de nuestro embarazo, Lina siempre tuvo la certeza de que ahí venía un muchachito.

Curiosamente, encontrar un nombre para niña, nos llevó apenas unos cuantos minutos y llevamos varias semanas buscando el nombre para nuestro hijo.

En lo que coincidimos de inmediato, fue en seguir el consejo del doctor y dejaremos de lado, la opción de "Abrilo".

A.