"¿Porqué estamos parados?", me preguntó un día. "Es que el semáforo está en rojo... ¿Lo ves?", Respondí. Señalando el foco rojo que nos indicaba parar, y le expliqué cómo es que funciona, y qué significa cada una de sus luces.
Desde entonces, grita "¡YA ESTÁ EN VERDE!", cuando tenemos que avanzar.
Hace unas semanas, mientras mirábamos atentos a que cambiara la luz del semáforo que nos detenía, se me ocurrió, contar hasta tres: "Uno, dos... ¡Tres!" y al mismo tiempo que tronaba los dedos, e encendió el foco verde del semáforo.
Desde el espejo retrovisor, noté cómo sus ojitos se llenaron de fascinación. Así que lo sigo haciendo cada que lo recuerdo, y se sigue emocionando como la primera vez.
Anoche, en el coche, Andrés me sorprendió:
- "Papá, los semáforos no me hacen caso a mí..."
- "Cuando seas grande, lo vas a lograr, hijo..."
- "Cuando sea grande, ¿Voy a tener súperpoderes como tú?"
Entonces fue cuando mis ojos llenos de emoción lo miraron con mucha ternura...
- "Sí, hijo. Cuando seas grande como yo, tambien vas a tener súperpoderes".
Zapopan, Jalisco, 24 de diciembre de 2009.
Querido niño Dios:
Te extrañará que despues de tantos años, vuelvas a recibir una cartita mía... Pero hoy, después de tanto tiempo, he recuperado la ilusión, y este año, tengo un deseo que quiero que me cumplas.
Sólo deseo que la imagen que mi hijo tiene de mí, le dure muchos años.
Feliz navidad.
A.
1 comentario:
WOW!!!! realmente siempre nos sorprenden nuestros hijos, y yo tambien creo q este año le hare una cartita al niño Dios.
GRACIAS POR ACORDARME LO MARAVILLOSO QUE ES SER PADRE O MADRE EN MI CASO
Publicar un comentario