miércoles, marzo 26, 2008

Desde el año 2000 soy militante al PRD. Aunque simpatizo con muchos de sus integrantes y líderes desde algunos años antes.
Y desde que lo conozco y lo vivo, el partido está en constante ebullición. Las ideas y los grupos, y los líderes son tan variables y tan dinámicos que esa característica que nos atrae a algunos, es el más grave defecto para otros.
Aunque ha habido otras elecciones internas en las que me ha tocado participar, sin duda la más polémica y escrupulozamente supervizada por propios y extraños ha sido esa que, mientras escribo no se ha podido resolver.
Eso es sin duda, el indicio más claro de que las cosas no están bien ahí. Espero que la salida política que se de a este asunto sea la correcta para el bien del partido.
Ojalá que la óptica y la dimensión del asunto no pasara de ahí. Pero, como es bien sabido, en esta elección, que se supone debería interesarnos sólo a los afiliados, tiene fuertes repercusiones en el ámbito político nacional. De ahí que todos quieren, de alguna manera, aprovechar este río revuelto y tratar de llevar agua para su jarrito. ¿O cuándo se había enterado usted, amable lector de otra elección interna del PRD?

Desde mucho antes de la elección del 2006, muchas fuerzas políticas y económicas, como lo he mencionado en múltiples ocasiones en este espacio, han intentado desprestigiar a un político que los amenaza abierta y constantemente. Desde entonces, varios años atrás, los embates han sucedido a la menor provocación. Los intentos por restarle popularidad, por destruir su imagen, por hacerlo parecer un loco, sólo han tenido efecto en quienes, siguen al pie de la letra los guiones televisivos. Nos quieren hacer creer que ese político faltodetornillos, es el responsable de que el país no avance y que por su culpa estamos estancados. Eso es más "efectivo" que decir que ese político atenta contra sus intereses políticos y económicos, y que es responsable de que el país no avance en la dirección y para el beneficio de estos poderosos.
En esta elección interna, se juega mucho más que la presidencia del partido. Calderón lo tiene muy claro: De ganar Encinas, tendrá enfrente al mismo PRD inflexible, que le mide paso a paso, que le cuestiona, que le pone entre la espada y la pared, que no dejará un centímetro para sus sucios negocios. Y como se ha visto recientemente, y como el mismo Ortega lo ha dejado ver, de resultar ganador, éste PRD sucumbiría ante la seducción de una opinión pública envenenada y ante ese discurso "modernizador" lleno de vacíos y de ausencias de beneficios para el pueblo.

En concreto. Para Calderón, y la élite política y económica del país, será más sencillo negociar con un PRD al que ellos llaman "moderno". El otro, el PRD castigado con múltiples sinónimos de "arcaico", simplemente no ha querido ni querrá negociar. No con lo que está en la mesa. Además, no los dejará concretar sus planes.
Los medios se han volcado a emitir opiniones sesudas y justicieras del proceso interno. Quieren aprovechar este momento para volver a tirar manotazos sin sentido al partido y al grupo de López. Hoy la elección es más conocida por los calificativos negativos de la prensa que por la misma elección. Se califica como un "cochinero", cuando nunca fueron capaces de ver un incidente en la elección del 2006. Y como dicen que para que la "cuña apriete", tiene que ser del mismo palo, vuelven a comprar una participación del ingeniero Cárdenas, para que emita su noble opinión, que será usada como ejemplo de cómo hay personajes en la izquierda que saben quedar bien con la gente bonita. Cardenas, el ariete de la derecha, ha perdido ya todo el respeto y capital político que creía tener.

Hoy como Cárdenas, todos quieren opinar de esta elección, y se indignan y se rasgan las vestiduras por una democracia, que fue violada ante sus cómplices ojos en la elección del 2006.

La elección del PRD, sin duda deja mucho qué desear. Es lamentable y penoso, y no debería suceder. Pero cuando se juegan tantos intereses y cada ficha en el tablero es importante, y todos quieren meter la mano para influir en los contextos, esta, como cualquier otra elección será manoseada por todos los interesados. De verdad espero una salida políticamente correcta.

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