martes, febrero 19, 2008

En la semana santa de hace varios años, un grupo de amigos, entre ellos Carlos Esponoza, Carlos Baltazar 'el oso', y mi compadre Marduk Puga, emprendimos una de esas aventuras que difícilmente se olvidan: Fuimos a la isla de Cuba.

Miles de jóvenes asisten cada año a la isla en busca de diversión. La mayoría de mis compañeros de viaje llevaban ese mismo propósito. Para quienes me conocen, no dudarán que digo la verdad cuando digo que yo quería ir a Cuba, con la única intención de conocer a la "Cuba de Fidel", a la "Cuba comunista", a la "Cuba revolucionaria", y que, siendo la única referencia de un gobierno socialista vivo, no quería que pasara la oportunidad de poder verlo con mis propios ojos.

Lo que ví esa semana, fue mucho más de lo que la mayoría de la gente cree saber. Me di cuenta que más allá de la fila de jineteras y niños que te arrebatan cuanto pueden, de los timadores y seguidores de turistas, hay un pueblo. Un pueblo con dignidad y respeto, que no sabe si eres o no turista, que vive su vida. En los barrios de La Habana hay gente que no te mira... hay niños que juegan en las calles, mujeres que traen bolsas de mandado, señores que van o vienen a sus trabajos en sus bicicletas... Hay sonrisas. Sí, sonrisas detrás de ventanas roídas por el tiempo y por la falta de pintura, rodeados de muros antigüos que denotan esa humedad tropical que se los va comiendo trozo por trozo... Y vi esas ropas colgadas de los tendederos de la calle con tantas historias, descoloridas y remendadas... y vi los zapatos raspados de los niños que pateaban un balón desgastado y viejo.

Ví todas esas cosas que cualquiera que no se aguante las ganas, podría llamar a la ligera "pobreza". Como si la pobreza fuera sólo eso, muros descuidados, ropa remendada, zapatos fuera de moda. Esos niños, esas mujeres, esos adultos mayores sonreían. Muestran esos dientes tan blancos que se extraña ver en los barrios pobres de Guadalajara, o en los pueblos pobres del sur de Jalisco, o de Michoacán, o Guerrero... esa sonrisa que se extraña ver en más de la mitad de los mexicanos que compartimos este país.

Y los cubanos sonríen porque no tienen hambre, ni frío, ni dolor. Por que todos van a la escuela, y al médico, y porque nunca les ha faltado un vaso de leche y un pan en su mesa...

¿Qué no daría cualquier familia mexicana por vivir como en Cuba? ¿Qué no daría cualquier padre de familia por asegurar que sus hijos tuvieran atención médica, educación y alimentos de calidad?

Al término de nuestras vacaciones en el Caribe, todos regresábamos con el corazón partido... todos por diferentes razones. Unos, regresaban enamorados de alguna cubana, otros, extrañando la fiesta, el ron y los cigarros, otros, por haberse quedado con la idea de que Cuba era sólo un malecón lleno de mendigos que se aprovechan del turismo, y otros, por volver a un país con tanta pobreza y dejar atras a uno donde no hay "niños de la calle".

Hoy me enteré que Fidel Castro renuncia del poder en Cuba. Poder que ocupó por más de 50 años. Y en la radio, los noticieros y toda esa gente que está "en la misma sintonía", echaban las campanas al vuelo por que por fín habría democracia en la isla. (Como si eso le importara a alguien más que sólo a a los cubanos).

Tengo la enorme curiosidad de cómo pasará Castro a la historia... de cómo lo nombrarán en los libros de texto de mis nietos. Pero soy de la idea de que ese es un asunto de los cubanos, lo mismo que es asunto de ellos resolver cómo será la transición de gobierno... Ninguna de nuestras opiniones puede ser más valiosa que la de cualquier cubano que ha vivido en carne propia lo bueno y lo malo del régimen castrista.

En La Habana, en una plaza rodeada de un jardín muy limpio y grande, me acerqué a un señor que estaba sentado en una banca, mirando a los niños jugar... y le dije: "¿Deveras están felices los cubanos en Cuba?", "Sí.", contestó. "¿Y por qué entonces se van los cubanos a la Florida?". Y mostrándome un diente de oro en su enorme sonrisa me dijo: "¿Y por qué se van los mexicanos a la California?"

2 comentarios:

Esteban Romero dijo...

Claro! que se vayan a Cuba!!!

Anónimo dijo...

HA SIDO REGOCIJANTE EL SABER QUE LAS IDEAS QUE HE TENIDO CUANDO SE ME HA PEDIDO HABLAR DE LA CUBA COMUNISTA, DE LA CUBA DE FIDEL SON COMPARTIDAS POR LAS RAZONES QUE EXPONES. POR QUE NO ES POBRE QUIEN NO TRAE NI EN CENTIMO EN EL BOLSILLO, LO ES QUIEN PASA POR LA VIDA SIN TRASCENDER. ATT. EL OSO