jueves, marzo 15, 2007

Apuntes para una acalorada charla en la playa.

Siento muy raro, no sé si sentirme bien, contento, o comprometido con los pocos -muy pocos- comentarios que he recibido en mi blog.

El post en el que más comentarios he recibido, fué precisamente en un post que sale levemente del objetivo principal de este blog. Eso me hace pensar que la polémica de la política en México, que la materia económica, que este tipo de temas más escabrosos, son más rentables que hacer comentarios de anécdotas que no llevan a nadie a ninguna reflexión o simplemente a ningún lado.

Este post en particular, el inmediato anterior a éste, invitó a mis amigos a dedicarme sus comentarios... Hay uno, en particular, al que le quiero dedicar este post.

No es una respuesta formal. No. Seguramente, si pudieron leer tambien su comentario, en realidad, me convoca, a qué, aprovechando que iremos con nuestras familias a una playa del Pacífico, lo discutamos en persona... ¡Y cómo negar esa invitación! Si ya estaremos ahí, debajo de una palapa, con una hielera llena de cervezas, con nuestras esposas, ahí tambien, junto a nosotros, y nuestros hijos, haciendo castillos de arena. Porqué no traer de nuevo y poner en la misma mesa donde estará el ceviche, nuestros puntos de vista.

La verdadera intención de este nuevo post, es practicar, y hasta cierto punto, ordenar las ideas con las que debatiré este próximo fin de semana.

Trataré, en primer lugar, de aclarar, que nunca he dudado de la opinión que pudiera tener Calderón respecto a los monopolios... Es más, me atrevo a asegurar, que si hicieramos una encuesta en el Congreso de la Unión, una aplastante mayoría manifestará su desacuerdo con los monopolios... quizá se atrevan a mencionar al Señor de los Teléfonos... pero esa opinión personal, como la de Calderón, o como la de Zedillo, o como la de Salinas, no sirve de nada, mientras sus acciones no indiquen que pueden hacer algo para mejorar las cosas. Es decir, la demagogia, no nos resolverá nunca ninguno de nuestros problemas. Y sí. Digo demagogia, porque esos discursos "pro-libre-mercado", no sirven de nada sin las iniciativas de ley correspondientes.

Por otro lado, AMLO, quien en su campaña se rumoró, -nunca se probó- que era finananciado por Slim, y que francamente no lo dudo, tambien tenía ese mismo discurso antimolopólico. Pero él iba más lejos: Amenazó con quitar todos los beneficios fiscales y apoyos del gobierno a todas esas mafias que dominaban económicamente los mercados. Ese discurso, que según mi entender era dirigido a las cúpulas, fué malamente interpretado por el CCE, que aunque tambien empresarios, tambien poderosos, nunca de la misma envergadura... (De ahí que luego-luego respingaron: "Nosotros sí pagamos impuestos!"... AMLO les debió contestar: "Claro que sí, pendejos, el mensaje no es para ustedes", sin duda, era para su supuesto patrocinador...).

Por cierto, digo que no dudo que Slim hubiera financiado a la campaña de AMLO. Mientras la política sea un negocio, que lo es, Slim estará metido financiando no solo las campañas de izquierda, sino las de derecha y hasta las de juguete.

La intención de mi post, no era, mucho menos, sigerir que si AMLO fuera el presidente de México eso acabaría. No. Tampoco quiero decir que Calderón lo promueve. Tampoco. Sólo trataba de describir la situación actual del mercado y mi inconformidad con toda esa basura. Escribí, sólo para dar mi punto de vista de lo que pasa, según mi entender.

De pasada, hago una crítica, pero no sólo a los gobiernos ejecutivos de los últimos años, sino a los poderes en general, que, desde que este país ha girado a la derecha, se han propiciado las condiciones para que un solo hombre hubiera podido ganar sólo en 2006, USD$49,000,000,000, en medio de un país que apesar de los fantásticos números macroeconómicos, y de esta supuesta estabilidad, la pobreza se sigue tragando a más y más millones de mexicanos sin piedad alguna.

No, Esteban, queridos lectores. No es contra Calderón, ni a favor de AMLO. Es contra este sistema en el que estamos metidos, del que todos somos víctimas, y donde, todo parece indicar, los que deben defendernos, son los principales cómplices.

Este fin de semana, vistiendo sólo unas bermudas, unas sandalias y unos lentes para el sol, no habrá bloqueador solar que nos proteja de tan acalorada discusión al respecto... Lo presiento.

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