miércoles, junio 03, 2009

Recientemente me he sumergido en reflexiones que me alejan cada vez más de los partidos políticos.

Hasta hace apenas unos meses, pensaba que este post iría en el sentido de recomendar un voto en favor del candidato que tuviera la posibilidad de ganarle al PAN. Tenía, lo juro, argumentos para validar esta recomendación.

Entonces, aunque fuera votando por el PRI, la idea era ganarle al PAN en todos los flancos posibles.

Pero de nada servirá.

Cualquier partido que gane no resolverá nada. Ni cambiará nada.

Estoy seguro de que esta hipótesis ni es original ni es nueva. Pero quiero dejar más claro cuál es mi postura: Aunque todos los candidatos ganadores cumplieran lo que en campaña se promete, cosa que ya es de por sí muy remota y poco probable, no podrán resolver de fondo los problemas de la sociedad donde vivimos.

Ninguna oferta política propone un cambio de fondo. Un cambio que promueva una nueva forma de organización que garantice una sociedad diferente, incluyente, justa. Sin abusos.

Entonces, votar por cualquiera de las opciones actuales, incluyendo las autodenaminadas "de izquierda", sólo aseguran la permanencia de el actual sistema: Ese que hace que se siga concentrando la riqueza en cada vez menos manos, y hace miserables a la gran mayoría. Ese mismo sistema que nuestros legisladores aprueban y legitiman con leyes hechas a la medida de los poderosos. Ese sistema que le da protección a las mafias que controlan este país.

Todos los partidos políticos actuales, aprueban, desarrollan y alimentan esta maquinaria de corrupción y pudredumbre.

No existe un candidato que se atreva a atentar contra el sistema. No hay ningún candidato que signifique una amenaza para cambiar el orden de las cosas; Ningún candidato, ni siquiera del PRD, PT o Convergencia es capaz de decirle a sus electores que de ganar, pondría las cosas en su lugar.

Hasta hoy, toda la gama de partidos matizan en detalles sin importancia. Se diferencian por colores, o por representantes más o menos corruptos, pero todos, todos, caminan en la misma dirección: La derecha.

Entonces, si eso es lo que creo, ¿por qué votar por alguna de éstas opciones? ¿Por qué darle mi voto al que crea que será el candidato "menos malo"? Si hiciera eso, seleccionar a cualquier partido, será interpretado que quiero que las cosas sigan igual. Es mejor declarar que ninguna de las opciones actuales me representa. Por eso votaré. Pero no seleccionaré a ninguno de los candidatos de mi distrito ni mi municipio. Anularé mi voto, que también es una forma de votar.

Iré a votar; y llegaré antes de las 8:00 am. Organizaré al equipo, armaré las casetas, contaré una por una, las boletas. Daré la orden de iniciar la jornada electoral en mi casilla básica y cuando me corresponda, dejaré muy claro mi decisión de manifestar mi inconformidad con la oferta política... Para que al final, cuando contemos los votos, mis compañeros funcionarios de casilla, sepan que al menos uno de los vecinos de la cuadra no votó por el "menos peor", sino que tuvo la paciencia para escribir: "ninguno merece mi voto".

Ojalá que muchos como yo, podamos hacer evidente el rechazo a la clase política. La intención es que pueda generar una alarma que cada elección siga creciendo y pueda generar la conciencia ciudadana para que algún día, y espero que sea muy pronto, podamos ofrecer alternativas de organización social que pueda revertir el daño que nos ha hecho este sistema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En tus propias palabras: "Votar por cualquiera de las opciones actuales, incluyendo las autodenaminadas "de izquierda", sólo aseguran la permanencia de el actual sistema: Ese que hace que se siga concentrando la riqueza en cada vez menos manos, y hace miserables a la gran mayoría". Como en otros comentarios, reitero que la economía se rige por la ley de la oferta y la demanda y no por los discursos de los políticos. Solución (según yo): crecer la economía facilitando la creación de empleos productivos por la iniciativa privada quitando trámites, regulaciones, impuestos hasta por respirar, mordidas, cuotas sindicales y de supuesta seguridad social y de vivienda y etc. etc.; todo eso es lo que concentra la riqueza en cada vez menos manos, o sea las de los políticos y burócratas y por eso ahora todos queremos trabajar en el gobierno, sea por elección o dedazo. ¿Qué han hecho los chinos?: facilitar la creación de empleos a través de empresas privadas extranjeras, así han progresado desligando el sistema comunista de la economía. Lo que se necesita es que tooooodos los candidatos cambien su mentalidad y eso no lo vamos a lograr votando, anulando el voto o no votando. La solución (otra vez según yo) es la educación para que aprendamos a vivir y a dejar vivir, pero qué nos pueden enseñar los maestros de cualquier nivel que también nomás están por la lana. ¿Entonces?...