lunes, junio 02, 2008

Negro, blanco; día, noche; ying, yang; bien, mal; razón, emoción; positivo, negativo; masculino, femenino; derecho, izquierdo.

No me extraña que en en amplísimo espectro de ideologías, apesar de todos los matices, se identifiquen dos polos: "la derecha" y "la izquierda". Casi todo lo que existe en el mundo cuenta con su "opositor", con su antónimo, con su contrapeso, pues. En teoría, así es como se mantiene el equilibrio de las cosas.

En el blog de Salvador Leal, encontré un post que evidencia cómo los simpatizantes de la llamada "izquierda", en política, tienen una mayor capacidad creativa, y refiere a los cánticos, porras, gritos de guerra y hace una alusión particular de la enorme cantidad de moneros que -desde siempre- han simpatizado con los movimientos encabezados por líderes de izquierda. Yo quisiera agregar, que tambien los literatos, intelectuales, artistas de diferentes disciplinas... casi todos, con una característica en común: sensibilidad.

Es casi un hecho, que aquellos, que tienen el don de la sensibilidad, quienes apoyan sus pensamientos, desiciones, teorías y justificaciones en sus emociones y sentimientos, simpatizarán más con la izquierda. No es una coincidencia que sean ellos, creadores, intérpretes, o luchadores sociales. Casi siempre están acompañados de sentimientos como la piedad, la compasión, la empatía, la solidaridad, la generosidad, la amistad, etc.

Los de la derecha, por el contrario, basan sus criterios más en la razón. En cálculos. En números. En la frialdad de decisiones. Son más individualistas, egoístas. Están ligados a profesiones más exactas, precisas. Piensan en "beneficios individuales". Quienes simpatizan con los matices de la derecha, son ciudadanos con una visión más superficial de los problemas sociales: Todo se resuelve con dinero. El dinero es el indicador del éxito o el fracaso. No existen otro tipo de valores que no sean relacionados con lo material.

Mientras unos se identifican con "los débiles", los otros siempre están del lado de "los poderosos"; unos, por ejemplo, concentrados en el combate a la desigualdad, los otros, en la generación de la riqueza. -Conceptos completamente diferentes-

Mientras los primeros intentan ayudar al que tiene hambre, los otros le echan en cara su miseria y lo culpan por no tener empleo. Unos luchan por que todos seamos iguales, los otros por que cada quien tenga lo que merece. (Como si todos nacieramos en las mismas condiciones, para tener las mismas oportunidades y aspirar a merecer lo mismo).

Es decir, unos están preocupados por un crecimiento social para todos, los otros, por un crecimiento económico, aunque sea de unos pocos. Unos son tachados de populistas, los otros de neoliberales.

No hay razón para descalificar cualquiera de las dos formas de ver la misma realidad. Imagino, que el tipo de pensamiento podría incluso, estar ligado con algún lóbulo cerebral, con la química sanguínea o algo así... por que en mi corta experiencia, he descubierto a hombres ricos y poderosos con una genuina preocupación por los demás, particularmente con los más desprotegidos; y tambien he conocido a personas con los más paupérrimos recursos económicos, que, pretenden un éxito desde su individualidad, sin siquiera preocuparse un poco por sus iguales.

De lo que sí podemos estar seguros es que es muy complicado, imaginar siquiera, lograr acuerdos entre personas o grupos con diferencias tan extremas... habría qué pensar si deveras quisiéramos ponernos de acuerdo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lástima que la sensibilidad y otro montón de bellas virtudes solamente sean carne de discurso. El asunto es primero producir y luego ponerse de acuerdo en cómo repartir; estarás de acuerdo conmigo que es más fácil repartir lo que abunda que lo que escasea. Un pequeño ejemplo: la pobreza que abunda tanto en este país que un 70% de la población la posee. En otro comentario, la sensibilidad es la que más brilla en AMLO pero por su ausencia; el plantón y la toma de las tribunas que perjudicaron a millones de gentes que nada tienen que ver con sus broncas contra Calderón y Cía. son demostraciones palpables.