Estudié una carrera técnica, muy ligada a computadoras. Desde mi primer empleo formal, he estado vinculado con la tecnología. Primero dando soporte, luego participando en líneas de manufactura de equipos de alta tecnología, después, vendiendo soluciones tecnológicas, y ahora, vendiendo equipos de cómputo para mercados masivos.
Sin considerarme un tipo que "las sepa de todas, todas", sí creo que me he mantenido por lo menos a una distancia lo suficientemente razonable de aspectos tecnológicos como para no ser sorprendido tan fácilmente, al menos en lo que al hardware de cómputo se refiere.
Ahora, que estoy en el medio del cómputo, desde luego procuro estar al tanto de todo cuanto se inventa en este renglón, y por esta misma posición en la que estoy, un fabricante de una reconocida marca de accesorios para almacenamiento de información, se acercó para ofrecerme uno de sus nuevos productos para que lo probara y validara que fuera compatible con las computadoras que vendemos.
Es una "Express Card" de 8GB de capacidad. Esta monería, funciona como un disco extraíble muy portátil, de apenas 7.4cm x 3.4 cm y medio centímetro de grosor, resistente a golpes y que funciona a una velocidad que supera por mucho los dispositivos similares que usan el puerto USB2.0.
Después que las pruebas fueron un éxito y que quedé muy satisfecho con el producto, puse la tarjetita en la palma de mi mano, y no podía dar crédito de los pasos agigantados con los que avanza la industria. ¡Hace 15 años, tenía en la palma de mi mano un diskette de 3.5", con doble densidad, con la fabulosa capacidad de almacenar 1.44MB! Y este diskette, estaba superando por mucho a su antecesor, un diskette que medía 5.25", con una capacidad de 360Kb, que era demasiado flexible, frágil, y tenías que ponerle un pedazo de cinta para bloquear su escritura.
No tengo una idea clara de cómo se almacenaba la información cuando yo tenía un año de edad... pero en los últimos 15 años he sido testigo de la vertiginosa y exponencial carrera por el almacenaje de información, y ahora, que en mi mano tengo una tarjetita que puede almacenar toda la información que he podido generar en años, no me puedo aventurar a imaginar cómo va a guardar sus tareas mi hijo cuando tenga 15 años... o cómo va a respaldar su información cuando tenga 30.
Si no lo hubiera vivido yo, pensaría que todo esto es producto de la ciencia ficción.
martes, mayo 29, 2007
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