martes, marzo 20, 2007

La semana pasada, me acerqué a una de esas 'bolitas' de amigas que se juntan a fumar, con la única intención de hacerme de una buena compañía y para no fumar solo.

Llegué justo cuando condenaban las iniciativas esas de la sociedad de convivencia que se sigue discutiendo en el DF... Poco faltó para que anunciaran el fin del mundo por permitir el pecado de la unión legal de homosexuales.

Usaban ese tipo de argumentos que usa Abascal, de la 'naturalidad' de la unión de un hombre y una mujer, que si está en contra de Dios, y que si por culpa de tanto 'degenere' a todos nos terminará chupando el diablo.

Yo sólo mantenía una sonrisa incrédula.

Una de ellas, luego-luego trajo el tema del aborto, y de cómo todos los legisladores locales del DF del PRD deberían ser excomulgados inmediatamente.

¿Cómo era posible que atentaran de esa manera contra la vida? No les cabía en la cabeza semejante aberración.

Y entonces, no soporté las ganas de opinar: "Y aunque fuera legal el aborto... ¿Tú abortarías?"
Y antes de contestarme, el humo de su cigarro se le atoró en el pescuezo, y se le saltaron los ojos: "¡Claro que no!", contestó sin pensarlo mucho, y en un tono que asumía que su respuesta sería obvia... "Y si fuera legal que pudieras tener una unión legal con otra mujer, ¿Lo harías?". -"¡Tampoco!", y ahora me miraban todas de esa forma en la que te exigen que continúes o te calles de una buena vez...

Así que seguí.

"Lo que pasa es que seguramente hay personas que sí están dispuestas a tener una unión legal con alguien de su mismo sexo y seguramente también habrá mujeres que quieren una opción legal para el abor..."-"Pero eso es pecado, es atentar contra la vida... y eso lo prohibe Dios!".

[En verdad es muy complicado poder hacer entender algo tan sencillo como 'las libertades individuales' a una persona con principios morales tan inflexibles y que además pretende que los deberíamos compartir y respetar todos los que los rodeamos]

Encendimos el segundo cigarrillo, y la charla comenzó a tomar tonos más fuertes y en el campo de esta batalla moralina, 4 representantes de la voluntad del mismísimo Dios, estaban en mi contra, ya cuestionando mi propia fé.

-"Esque entiendan que en este mundo tan plural, hay personas con moral más relajada..." decía yo, para defenderme ya en un tono mas bien conciliador... que en todo caso, cada quien es responsable de sus decisiones y que en la conciencia de cada quien caerá la culpa de los actos indebidos...

Una de ellas ya había considerado que la furia de Dios podría afectarnos incluso a quienes no somos pecadores... (sic)

Sin conseguir llegar a un acuerdo, -ni siquiera somos nosotros los legisladores- no quise apagar mi tercer cigarrillo sin dejar bien en claro cuál era mi posición:

"...pues yo estoy de acuerdo que la ley contemple voluntades que no afecten a terceros... que si te quieres casar con alguien de tu mismo sexo, cásate. Que si quieres abortar, aborta... que si no quieres ni casarte en una boda gay, ni quieres abortar, pues ni te cases ni abortes..." Además, para terminar mi discurso, utilicé una frase muy popular, que hace referencia a un papalote y a cómo cada quién puede hacer lo que le venga en gana.

Apagué enérgicamente el cigarrillo, y regresé al salón de donde había salido tan inoportunamente.

Pero no he podido abandonar el tema... Lo traigo vueta y vuelta en mi cabeza... y me di cuenta de cómo, hay personas que tienen ese afán de seguir tomando deciciones por los demás, y cómo esas mismas personas que consideran tener en su poder las reglas de comportamiento, intentan imponerlas a personas con la misma libertad de hacer lo que su educación, formación, entorno social y experiencia le dicte.

¿Quién puede decir qué es lo correcto? ¿En función de qué? ¿Comparado con qué?

Hasta cuándo nos vamos a dar cuénta que convivimos con personas con diferentes códigos morales, diferentes religiones, formas de pensar... incluso diferentes condiciones socioculturales y económicas, y que en todo ese mosaico de diferencias, la única manera de lograr la convivencia, es respetando las formas de pensar de los demás, y dejar de una vez por todas, que cada quién haga de su culo un papalote.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

la derecha siempre ha sido asi de intolerante toda la vida....... y desde que la derecha esta en el poder la intoleracnia esta en todas partes, te dicen como te vistas, a donde vayas, porquien votes, que comas, y si no les haces caso no pertences a la soceidad!!!!jajaja

Tienes razon cuando dices que ellos creen tener la veradd de la vida jajajajaja cuando halban del neoliberalizmo lo hacen como si en verdad fuera el unico modelo.....

Me a gustado lo que leo en tu blog, Gonzalo me paso tu link, y espero podr seugir comentnado.

Esteban Romero dijo...

Alex, estoy de acuerdo contigo, creo que ser liberal es hacer leyes liberales y respetar las opiniones de los demás. Y qué irónico, ¿verdad? precisamente Marina Lugo etiquetando a "la derecha" y etiquetando a éstas chicas que ella no conoce... ¿cómo alguien puede ser intolerante y etiquetar gente, y sentirse de izquierda?

Anónimo dijo...

En cuanto al aborto, tú mismo lo has dicho:

"...pues yo estoy de acuerdo que la ley contemple voluntades que no afecten a terceros..." El aborto afecta a un tercero, a un ser tan indefenso, que sin su madre no puede continuar su ciclo de vida. Incluso un bebe ya nacido, depende de alguien mas para poder sobrevivir, entonces, por el hecho de que no se puede mantener solo, tengo el derecho de asesinarlo? El aborto es un asesinato, de una persona indefensa, y las instituciones estan para defender a los mas vulnerables, ¿no es asi?