Quiero pedir una copa de whiskey, para ver si me puedo tragar este nudo que tengo en la garganta.
Mientras escribía el post anterior, y mientras trataba de enumerar las anécdotas que he vivido con Andrés, no pude evitar recordar, tambien, escenas que me llenaron de nostalgia.
Traje a mi memoria, por ejemplo, esa escena cotidiana de cuando me despido, y con su manita me dice "adiós", mientras sus ojitos se llenan de lágrimas y en su boca aparece en automático esa mueca de llanto que me rompe el corazón.
O cuando regreso y abro la puerta, y corre con su andadera para encontrarme y enseñarme sus cuatro dientitos en esa enorme sonrisa, y cuando estira sus brazos para pedirme que lo abrace.
Y cuando lo abrazo, y me jala el pelo, y me dice cosas que pretendo entender. O cuando le doy su biberón, y me mira, apacible, mientras bebe.
Y mientras más recuerdo, más necesito de un licor muy fuerte. Que me quite este dolor, o me de sueño... porque el que tiene problemas para dormir, ahora soy yo.
jueves, marzo 01, 2007
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