lunes, julio 25, 2005

Casi me habría sido imposible imaginar siquiera que yo tendría algún día 29 años.
He llegado por fin a la última cifra de mis años 20's, y todavía no estoy seguro de qué debería estar pasando conmigo.

Tal pareciera que me he decidido, de manera inconciente, mantenerme en los 20's permanentemente y el último escalón, todavía no me ha pesado en lo absoluto; apesar de los insistentes recordatorios de mis conocidos de que ya he comenzado la madurez de mi vida y que una vez casado, lo que me hace falta es un hijo para seguir con los modelos que nos ha impuesto la sociedad.

Pero no. No me siento pretreintañero.

De alguna manera, me ha gustado mucho lo que los veintes significan y sigo sientiendome como un jóven postadolecente, con ese entusiasmo emprendedor y aventurero que nos caracteriza a los muchachos de nuestras edades.

Hoy más que nunca, he sentido como propio el dicho de que la edad se lleva en el interior y que los años y las arrugas en la cara, no significan nada cuando el espíritu se mantiene jóven.
Hoy he cumplido mis primeros 29 años biológicos. He dado apenas 29 giros al sol y este es mi verano número 29.

He notado que se agraba mi problema de caída de cabello, y que las líneas de expresión han decidido permanecer ahí apesar de lo inexpresivo que puede ponerse mi cara; y en la calle, cada ves más personas me llaman "señor".

Todavía eso no me importa.

Seguiré siendo el mismo veintiañero de siempre, y de ser posible, prometo mantenerme en esta edad lúdica e intensa por el resto de mi vida, aunque los traspiés de la vida, me hagan parece un poco más adulto.

Un abrazo a todos ustedes.

alejandro.

No hay comentarios.: