viernes, abril 30, 2010

De acuerdo a la UNICEF, 44% de los 47.2 millones de mexicanos que están en situación de pobreza son niños.

¡Vaya porvenir!

Ayer, platicaba con un amigo que me uno a las críticas que se han desbordado por la incapacidad del congreso mexicano de llegar a acuerdos. Hay al menos dos visiones diferentes e irreconciliables en el espectro político, y no nos hemos podido decidir en tomar un camino. El que sea, pero tomar rumbo.

Sin embargo, creo que muchos medios han influído en la opinión pública respecto a culpar a las cámaras por los males que nos aquejan. Sí, en un marco legal apropiado, se pueden plasmar estrategias de crecimiento y desarrollo; pero no podemos esperar a que eso suceda para poder hacer las cosas bien.

Cada vez es más y más común encontrar en la prensa local e internacional, en todos los medios, críticas al desempeño del gobierno federal. Ha habido tal ineficiencia en las funciones que se nota en las calles: Cada vez más inseguridad, más desempleo, más pobreza. Más migración ilegal, menos desarrollo, más desigualdad. Y esto, creo, no es culpa de la ausencia de las reformas.

Al inicio de mi comentario decía que la UNICEF declara que más de 20 millones de niños mexicanos son pobres. Además, somos punteros en obesidad infantil y desnutrición. Por si fuera poco, esos niños están siendo educados con un sistema educativo muy cuestionable, pobre, mediocre. Muchos de ellos nacieron ya en un país que "transicionaba a la democracia", y no han tenido ningún beneficio de ésto. Al contrario. Hoy, muchos de ellos no pueden salir a la calle por miedo, sus padres no tienen empleo, y sus futuros son cada vez más inciertos. En unos pocos años, serán padres de nuevas generaciones, educarán a nuevos niños mexicanos.

No hay que tener un pesimismo encarnado para poder preveer futuros cada vez más difíciles. Tampoco hay que ser un visionario para darnos cuenta que -aunque suene a cliché- en estos niños está el futuro de este país.

Qué mal que no se estén haciendo las cosas que se requieren desde las cámaras. Pero peor aún, que no se estén haciendo cosas más importantes.

Andrés, hijo: Feliz día del niño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya lo he reiterado en múltiples ocasiones: la economía no se rige por decretos de los políticos sino por la ley de la oferta y la demanda la cual a su vez se rige por el sentido común, no siendo necesario tener maestrías y doctorados para comprender que hay que ofertar más bienes y servicios no impidiendo la creación de empresas ni ahogando a las existentes con múltiples regulaciones. Y para disminuir la demanda, insisto también en la planificación familiar, (en este momento más que obligada por la existencia de 47.2 millones de mexicanos en situación de pobreza de los cuales 20.9 millones son niños según afirmas), a la cual ningún dirigente menciona en sus largos y vacíos discursos; simple y llanamente se está cumpliendo lo pronosticado por Malthus en 1798 y, para revertir tal pronóstico, única solución: una pareja, un hijo (o máximo dos poniéndome magnánimo con la raza). Aplicar esto sin duda causará un desbalance severo de la pirámide poblacional, pero de por sí esa crisis, de la que estamos percibiendo los inicios, se presentará tarde o temprano en todo su esplendor.

AlexB dijo...

Anónimo:

No soy yo quien dice las cifras de la pobreza en niños. Yo apostaría que son más. Tampoco soy yo quien dice que esto se resolverá con decretos. Y yo no soy el único que cree que el gobierno es ineficiente. Corrupto.

Yo trato de documentar el panorama, y en efecto, no se requieren estudios superiores para darse cuenta de lo evidente: Nos está chupando la bruja.

Nada más. Podemos culpar a la ley de la oferta y la demanda. O a la ley de la gravedad por esta caída libre. Mientras tanto, el gobierno puede seguir cruzado de brazos esperando los decretos que le resuelvan su trabajo.

Pero no me hagas caso a mí. Mientras tus niños no sean pobres, ni obesos, ni desnutridos, puedes seguir afirmando que a quienes nos falta "sentido común" es a los críticos de la situación.

Anónimo dijo...

Precisiones respecto a tu último comentario: 1.- Las alusiones personales son para nuestros brillantes egresados de Harvard, Yale, The London School of Economics y anexas a los cuales y a las cuales todavía no les han enseñado la relación (auto retroalimentada diría yo) economía - oferta y demanda - sentido común. 2.- Por el momento las cifras exactas de la pobreza carecen de importancia: 10 megas más o menos de pobres no alteran de manera significativa la dimensión del problema. 3.- Mis hijos no están en situación de pobreza porque siempre he tenido la intención de traer al mundo a los que pueda mantener, por lo que, aunque me oiga políticamente incorrecto o de plano muy ojete, no es mi obligación sacar del hoyo a aquellos metidos ahí por sus prolíficos papacitos irresponsables o ignorantes o incapaces o el adjetivo que se te ocurra. 5.- Ciertamente la carencia primaria de sentido común no es de los que critican la situación sino de los que, desde el gobierno o cualquier otra esfera del poder, coartan, neutralizan e incluso prohíben la iniciativa individual con decretos y decisiones que deben servir para lo contrario.