martes, junio 26, 2007

Los truenos de las tormentas nocturnas en Guadalajara, nos despiertan violentamente.

-Papá, ¿tú también tienes miedo?
-No, hijo, ¿pero te puedes quedar a dormir con nosotros?

jueves, junio 14, 2007

Post número 50.
Para Andrés.


"El fruto de mis ojos"
Técnica: Tinta y acuarela
Medida: 216 x 279 mm.

martes, junio 12, 2007

Cuando un candidato a un puesto de elección popular usa la promesa de la austeridad para administrar los recursos públicos, desafortunadamente ya no se le cree, porque a pesar de la corta memoria política que tenemos, cada que vemos noticias como éstas a todos se nos hace el hígado de piedra: "Diputados suben 18 mil pesos su salario"

Más allá de la conciencia del diputado, más allá de que representan a un distrito, también están ahí representando una corriente política, y me hubiera extrañado mucho que el único partido serio de izquierda no se hubiera pronunciado todavía ante tan inmoral autoaumento: "Analiza PRD ordenar a sus legisladores rechazar aumento"

Sí, es una cuestión que va más allá del dinero. Es un mensaje que debe ser congruente. Quizá los diputados del PRD necesitan que los dirigentes de su partido les den la instrucción de rechazar el aumento, pero eso me hace pensar que todavía hay, en el espéctro político una corriente -quizá la más criticada- que todavía tiene muy claro que en nuestro país la pobreza es una moustrosa realidad y que, este tipo de concesiones al salario de los políticos, es verdaderamente ofensivo.

Debe ser difícil rechazar un aumento de salario, que aunque legal, es inmoral e inapropiado, que aunque ese dinero no servirá para reparar las frágiles condiciones sociales de nuestro país, por lo menos no contribuyen a debilitarlas más; Debe ser difícil, sí, pero ahí es donde se puede demostrar, aunque sea con $20,000 mensuales, la obligación de hacer congruentes los discursos con la realidad.
-"Me gané el melate con un número que no me late". Me dijo Lina después de preguntarme: ¿Qué cosa tan extraña es la suerte, no?

Lina: "Hoy fuí a cobrar el reintegro... y lo reinvertí."
Alex: "Y si te sacas la lotería, ¿Me vas a seguir queriendo?"
Lina: "..."
Alex: "... porque yo te voy a querer más!"

lunes, junio 11, 2007

El post anterior, me hizo recordar que hace unas semanas, un hermano de un amigo mío, estaba preparando para su hijo recién nacido algo conocido como "la cápsula del tiempo".

Seguramente han oído hablar de este concepto. Cuando yo trabajaba en Kodak, en una parte del jardín, había un letrero que decía que justo ahí debajo, estaba una cápsula del tiempo con fotografías impresas en papel Kodak, y que al cabo de un determinado tiempo, esa cápsula se abriría para comprobar cómo el papel era capaz de mantener los colores de la foto firmes a pesar del tiempo.

El caso es que este orgulloso nuevo papá, pensaba, pues, meter en una caja artículos, y objetos de cualquier índole que le permitieran a su hijo, en un determinado tiempo en el futuro, verlas... Mi amigo, que estaba en un proceso de decisión para ver qué podía aportar a la cápsula del tiempo de su sobrino, me preguntó por alguna idea que se me pudiera ocurrir.

Después de mucho divagar, llegamos a la conclusión de que lo mejor era hacer algo que fuera más significativo que objetos por sí solos. El reto era poder expresar conceptos. Hacer posible que cuando ese niño creciera, pudiera darse una idea de cómo era el mundo cuando él nació.

Pensamos en muchos mecanismos, hasta concluir en filmar un DVD, en el que explicaríamos temas de tecnología actual, como funcionamento de los artefactos que usamos cotidianamente, como un coche, una computadora, un teléfono celular, el microondas, etc... además de tocar temas políticos nacionales e internacionales, y por supuesto, temas sociales que hoy capturan la atención de los medios a nivel mundial, como el calentamiento global.

El DVD, una vez terminado, sería empacado perfectamente para evitar ser dañado por la humedad y el polvo, y junto con él, se pondría un reproductor de DVD's con todo y su instructivo de uso, además de la clara especificación de alimentación eléctrica... suponiendo que para cuando el receptor del futuro de dicha cápsula ignorara el funcionamiento de tan anticuado aparato y los servicios eléctricos hubieran cambiado radicalmente.

En ese video, se le estaría dando de regalo a las nuevas generaciones una idea muy fiel y de primera mano de cómo funcionábamos en el pasado.

Me gustó mucho la idea de este ejercicio. Y aunque es muy romántico hacerlo justo en el recien nacimiento de un hijo, creo que aunque Andrés ya camina, podría ser bueno incluirlo en la producción como protagonista. Después de todo, para cuando esa cápsula del tiempo sea abierta, seguramente habrán pasado tantas cosas y el contexto será tan diferente que, no habrá diferencia si se filmara en el nacimiento o durante los primeros años de mi hijo.

Con el post anterior, me gustaría iniciar con una serie de post's que pretenden simular que escribo desde el futuro... recordando un pasado que hoy está muy presente (?) y aunque suene pretencioso, me gustaría, tambien, que este tipo de post, hagan esa doble función de ayudarme a retratar el presente, y un pasado inmediato, y documenten lo que hasta el momento me he imaginado del futuro de mediano plazo.

Si me quieren ayudar con ideas que consideren importantes para documentar, se los voy a agradecer, porque así, la fotografía de este presente que estamos compartiendo podrá ser más completa.

Así, -siguiendo con mi pretención- además de mostrarle a mi hijo adulto fragmentos de la historia de su entorno, podrá ser un documento que otros niños -tus hijos por ejemplo- puedan aprovechar tambien.

¡Por eso me gusta tanto esta idea del blog! Porque imagino que este medio de comunicación podrá trascender en el tiempo. Bueno, eso espero.

sábado, junio 09, 2007

La caricatura más antigua que mi hijo recuerda ya era en "alta definición". La pantalla de LCD era entonces ya tan común, que tener un televisor con forma de "caja", era ya cosa del pasado.

Hoy que las pantallas de nitrógeno y mercurio permiten hacer televisión de 3 dimensiones, Andrés le platica a su hijo cómo aquiellas pantallas de su niñez sólo podían transmitir imágenes que en dos dimensiones, imitando sólamente la profundidad con ilusión óptica de manejo de sombras y luces.

El láser ya le permite a mi nieto ver caricaturas donde las formas y texturas de los personajes con más que una simple imágen. Ahora, se puede interactuar con los personajes de las historias, pudiendo, en la mayoría de los casos, participar en las tramas. Desde que se hizo comercial la televisión inteligente, no puedo evitar pensar que ahora la tecnología debe tener algún tipo de acuerdo demoniaco para poder lograr que los muñequitos de las caricaturas escuchen a mi nieto puedan actuar en función de él. En mi juventud, la "inteligencia artifical", era más artificial que inteligente, y hoy, es capaz de entretener y enseñar matemáticas a Fred, un niño de 8 años de edad.

Hoy se anunció que en un par de meses, la señal de televisión "nativa", va a ser suspendida, para usar ese espectro para ampliar el ancho de banda de los videófonos moleculares. Después de todo, hace más de 30 años que se había iniciado el proceso de digitalización de la señal televisiva. Esta noticia, me trajo un sentimiento de nostalgia, pues, en mi niñez y juventud, crecí viendo ese tipo de televisión... incluso mucho antes de que el ahora antiguo sistema de televisión por cable fuera tan popular y mis padres pudieran pagarlo... y entonces, se me ocurrió una gran idea. La comenté con Lina, le pareció una buena idea, y comenzó a prepararse para la aventura.

Sin que Andrés ni Fred tuvieran muy claro qué es lo que íbamos a hacer, les pedí que nos compañaran a la estación para usar el tren extrametropolitano, e ir a la Zapotlán de Arreola. Les prometí que no tardaríamos mucho. Que era sólo cuestión de un par de horas. Despues de todo sólo nos toma 25 minutos en llegar en tren de Guadalajara a Zapotlán.

Transbordamos en la terminal Orozco y tomamos el tren ligero al centro. De ahí, caminamos unas cuadras hasta llegar a la casa de los padres de Lina. Habían pasado ya muchos años que no visitabamos esa casa. Sin embargo, estaba exactamente igual que como la dejamos.

Andrés apenas la recordaba.

El polvo había dado ese tono sombrío a los muebles de madera que parecía estaban guardando el brillo del barniz, para cuando un trapo húmedo los frotara.

Para Fred, entrar en esa casa, era entrar en una cápsula del tiempo. El estilo del mobiliario y las lámparas, sólo los había visto en sus chip-books de historia. Hacía ya muchos años que no se usa la madera para hacer muebles, por lo que a Lina y a mí, nos llenó de nostalgia, volver a estar rodeados de toda esa magia que la madera en sillas, mesas y puertas pueden crear.

Nos dirigimos de inmediato a una habitación del fondo, para llevar al cabo mi plan.

Ahí estaba, le quité la manta que la protegía del polvo. Y ni teniéndola de frente, supieron de primera instancia qué era lo que les iba a mostrar.

La conecté a la luz eléctrica, giré un botón, y después de un par de segundos, estabamos ahí, viendo cantar en vivo a Azzid, el hijo de Yahir, en un televisor en blanco y negro que mis suegros habían comprado hacía más de 70 años.

Con unos pequeños ajustes a las antenas, y con un par de giros a la perilla donde se le cambia el canal, la imagen fué cada vez más nítida.

Mi hijo y su hijo no daban crédito a lo que estaban viendo. Andrés sabía de la historia de la televisión, pero la última vez que comió frente a este televisor había sido hace tantos años que su memoria no lo tenía presente. ¡Y qué decir de Fred! Que le costaba trabajo entender una imagen tan plana, como un dibujo en un papel.

La sorpresa fué aún mayor cuando Lina giró la perilla para cambiar de canal. El mecanismo manual, tan antiguo, era un concepto que Fred jamás hubiera imaginado. Ni siquiera Andrés conocía este procedimiento para cambiar de canal, pues desde antes de que pudiera caminar, ya era capaz de dominar los controles remotos infrarojos, antes de que los de ultrasonido fueran inventados.

Sólo un par de canales tenían señal gratuita aérea. Y estaban a punto de ser suspendidas sus señales definitivamente. Ahora mi hijo entendía de qué se trataba este tipo de señal de televisión.

Sólo los viejos como nosotros teníamos claro de qué se hablaba. Despues de más de 70 años, ese televisor ya sería por fin disfuncional, y una pieza para un museo donde lamentablemente, sin señal, los niños no podrán ver lo que había fascinado a mi nieto: Una imagen con movimiento, plana, en matices de grises.

En un mueble de la cocina, yo sabía que estaba un radio de bulbos, en el ropero de mis suegros, un reloj de manecillas y cuerda, fotografías impresas en papel; en el closet del antiguo cuarto de Lina, se habían guardado su grabadora para casetes, su secadora para el cabello y un sin fin de utilícimos artefactos de finales del siglo pasado que habrían hecho de esa aventura, una larga sesión de historia... pero el tiempo había volado, y teníamos que regresar.

Caminando a la estación del tren, Lina y yo nos tomamos de la mano, y caminamos por las mismas banquetas que habíamos recorrido hace casi 50 años... No pudimos evitar darnos un beso y recordar cuando éramos novios.

Espero que pronto podamos volver para darles a mi hijo y a mi nieto otro vistazo al pasado...

¡Hay tantas cosas de qué platicar todavía!

lunes, junio 04, 2007

Me gusta fumar.

Fumar, acompañado de una buena bebida, de una charla interesante; relajado, compartiendo con personas agradables, fumar es verdaderamente delicioso. Es como la canela en el chocomilk, como el limón en la sopa de fideos, como la salsa en los tacos de carne asada, como el azúcar en el café.

El fin de semana pasado fumé, despues de apenas 10 días de abstinencia.

Comparto la idea de que cualquier vicio es malo. No tanto el consumo de un producto en sí, sino la dependencia, la actitud adictiva. Tan malo es ser adicto al tabaco, como ser adicto al chocolate, o al deporte.

Esos 10 días de receso que tomé, no fué otra cosa que comprobar que mi organismo es capaz de mantenerse alejado del tabaco. Que mi voluntad es todavía más fuerte que la necesidad. Me di cuenta que si decido no fumar, lo puedo conseguir. Fumé, porque lo decidí. Porque decidí también tomarme unas cervezas, sin que ésto quiera decir que sea alcohólico.

La idea, es pues, mantenerme en esa delgada frontera de fumar por placer, en vez de hacerlo por adicción.

viernes, junio 01, 2007

-"¿Cómo ves, papá? ¡No puedo creer que a Andrés le gusta ver a Costel!"
-"Lo que yo no puedo creer es que no sepas que a su edad veías a Cepillín."

Sólo han cambiado las formas.
A mi hermanita adolescente, le ilusiona mucho tener un iPod Nano de 8GB, color rosa. A su edad, yo quería un Sony Walkman Sport, color amarillo.

Sólo han cambiado las formas.