lunes, julio 30, 2007

Arena, playa, sol... desierto.

Así es aquí en Los Cabos.

Andrés y Lina lo han disfrutado mucho, y yo, disfrutándolos a ellos.

sábado, julio 28, 2007

Vivir feliz es fantástico.

El post anterior me dejó muy reflexivo.

¿Porqué debería estar feliz si no soy nada de lo que hubiera soñado cuando era niño? Porqué si no soy rico, ni un personaje importante, ni uso una nave capaz de volar por entre los edificios, ¿porqué, apesar de eso, me siento feliz? ¿Porqué un tipo tan normal y ordinario como yo, puede andar presumiendo en su blog su felicidad?

La felicidad, debe ser, supongo, como una actitud...

Seguramente si hoy fuera el tipo que imaginé en mi niñez, sería feliz... seguramente la riqueza y la fama, contribuirían a mi felicidad, pero no estaría basada en eso; de igual manera, si hoy, no fuera tan afortunado como lo soy ahora, y el destino me hubiera orillado a ser un vagabundo, abandonado por la vida, sin empleo ni ropa limpia para usar cada día, sin un plato de comida caliente seguro, ni una familia, me cuesta poder afirmarlo, pero seguramente sería feliz...

Si el destino me hubiera jugado las peores trampas, si mi presente y mi futuro fueran tan negros y pesados que nadie deseara estar en mis zapatos, creo, no lo puedo imaginar, pero creo, que la felicidad de todos modos rondaría por mi vida.

Así me siento hoy. Así traigo esta vibra estos días. Me siento optimista, positivo, contento. Mi felicidad no depende de factores externos; creo que día con día, la construyo mientras duermo, para despertar y salir vestido con ella.

Y mientras sea capaz de sentirme feliz, procuraré salir a la calle y presumirla a cada persona que me encuentre, con una sonrisa.


miércoles, julio 25, 2007

El futuro siempre me ha resultado fascinante... recuerdo que desde que era un niño, la gran mayoría de mis fantasías y de mis sueños, tenían que ver algo con el futuro... a veces más lejano, a veces el futuro inmediato, pero de alguna manera, mis ejercicios de predicción eran tan frecuentes que formaban parte de mi rutina para conciliar el sueño prácticamente todas las noches.

Futureaba sobre cualquier cosa... no tenía un tema en particular, pero ni en mis alucinaciones más descabelladas, me hubiera imaginado a mí mismo, cómo sería al llegar a los 31.

Hoy cumplo 31 años, y me descubro cada día. Me descubro y me felicito. Si me hubieran preguntado a mis once años, cómo me gustaría ser en el futuro, seguro habría dicho que sería un tipo muy elegante y rico, manejando un coche que vuela rápidamente por alguna ciudad cosmopolita, que llevaría al cinturón gadgets modernos de telecomunicaciones pero sobre todo, hubiera dicho que sería muy feliz. Y veinte años despues, no me hubiera decepcionado.

Soy un tipo normal. Que tiene un trabajo normal, que maneja una camioneta normal, que usa un celular normal; que tengo más deudas que ahorros, que con mi salario no me alcanza para comprarme ropa de marca... pero que tengo una hermosa esposa a la que amo y me ama; y tengo un hijo precioso y sano, y que cuando estamos juntos los tres, en ese departamento tan pequeño donde vivimos, me siento muy feliz cuando los abrazo.

Me siento muy feliz cuando me junto con mis amigos, y cuando me tomo una cerveza helada... cuando fumo durante una charla que súbitamente se convierte en carcajadas, y sobre todo, cuando termino el día, acostado en mi cama, junto a Lina, y puedo sentir que mi vida va tranquila, sin complicaciones y llena de felicidad.

Nunca me habría imaginado cómo soy ahora. Como tampoco me alcanza la imaginación para poder describir cómo será mi vida cuando cumpla 51. Pero con lo mucho o lo poco que me conozco, de lo único que puedo estar seguro de mi futuro, es que la felicidad estará por encima de cualquier personalidad que pueda adquirir en el futuro.

lunes, julio 23, 2007

Dos cortos, una foto.

1. El presidente Calderón con su propuesta de reforma fiscal, ha logrado que todos los mexicanos -empresarios y obreros, ricos y pobres- nos unamos... aunque sea en su contra.

2. Cada que le dicen a mi hijo que se parece a mí, no sé si es un halago para mí o una ofensa para él... de ser cierto, espero que con el tiempo, se componga.

3. Andrés. Así se vió el 21 de julio pasado.

domingo, julio 22, 2007


Quisiera que quedara claro que mi posición es estar siempre en contra de la violencia. Sin embargo, puedo justificar grupos armados que de una forma intentan -aunque sea inútilmente- querer mejorar las condiciones de sus pueblos.
Las guerrillas en México no son nuevas. En el sureste del país, donde el hambre es la única propiedad de la gente, y la miseria les aprieta el cuello desde que son niños y hasta que mueren, es más que un caldo de cultivo para que padres desesperados por no tener nada que darles de comer a sus hijos, o dónde cubrirlos de la lluvia, o cómo curarlos de una enfermedad, tomen un arma y se unan a estos grupos que en esos contextos representan la única esperanza de que las cosas cambien para ellos y los suyos. Sí, no se les puede pedir paciencia a que se aprueben las reformas.
No se les puede prometer que ahora con el nuevo presidente las cosas van a cambiar. No se les puede seguir mintiendo como se les ha mentido por generaciones. Por siglos.

Pero tampoco se les puede juzgar a la ligera. Los pueblos donde suceden estos fenómenos no tienen nada más que perder más que la vida. Y los pocos programas federales de apoyo que llegan a estos lugares sólo lastiman más la dignidad de los pueblos.

Agravando la situación, desde que estos grupos representan una amenaza al órden público, el ejercito se ha encargado de recrudecer las condiciones no sólo de los guerrilleros sino de las mujeres y niños de los pueblos insurgentes, ya que los soldados que tienen la misión de apagar estos movimientos no pueden distinguir la frágil línea que separa los conceptos de "mantener el órden" y "abusar de los derechos humanos".
Ayer vi la película "El violín"; una película mexicana, que sobresale por su magnífica fotografía en blanco y negro. Por la música y por la selección de los personajes. La película cuenta una anécdota de Don Plutarco Hidalgo, un anciano violinista manco, que a pesar de su inocente aspecto resulta una pieza fundamental en el grupo armado donde su hijo milita.
La historia no puede evitar mostrar la crudeza de la realidad que se vive en estos lugares con estos conflictos.
Los abusos de los soldados con gente inocente y lo vulnerable que es el órden en estas circunstancias, sin embargo es una película que invita a la reflexión y a conocer el lado de la historia que los medios oficiales de comunicación no nos muestran.

Una película que compromete... Que recomiendo ampliamente.

miércoles, julio 18, 2007

En días pasados, como pretexto de presentarnos al Vicepresidente de nuestra unidad de negocios, nos llevaron a todo el equipo a cenar a un lujoso restaurante en Santa Fé, en la ciudad de México.

Estaba todo el equipo: Éste señor es un gringo que trabaja como jefe del brasileño que era el jefe de mi jefe, quien en su ausencia estaba siendo reemplazado temporalmente por un argentino, obviamente estaba el director de la empresa en México, que es mexicano, y todo mi equipo, donde hay dos colombianas.

Estabamos en la mesa, pues, un gringo, un brasileño, un argentino, dos colombianas y un montón de mexicanos... si en los chistes sólo hace falta un mexicano para ganarles a todos, imaginen lo bien que la pasamos esa noche.

Pero quizá la mejor parte de la cena, fue cuando, para terminar de "romper el hielo", el brasileño propuso una dinámica muy interesante que consistía en que cada uno de los participantes en la mesa, tenía que decir tres sentencias: dos verdades y una mentira.

Parece fácil, pero el reto, es lograr hacerles pensar a los comensales que las verdades son tan increíbles que parecen mentiras, y que la mentira podría ser tan posible que crean que es más verdad que las verdades.

Al término de que cada jugador dice sus tres sentencias, luego pregunta: "¿Cuál es la mentira?" Todos opinan para decifrar cuál es la sentencia falsa y al final, de la manera más honesta, el "mentiroso" confiesa.

Se supone que debería llevarse un registro de los resultados para ver quién fué el mejor mentiroso, y supongo que quien logra engañar a más personas, será quien gana.

(¿Porqué habrán sugerido este juego en un equipo de ventas?)

El caso es que independientemente del registro, resultó muy divertido decir y oir las verdades y las mentiras.Al término de la reunión, las risas fluían naturalmente y habíamos aprendido algo más de cada uno de los que compartimos esa noche... verdades que muchos nunca hubiéramos creído.

Esta tarde, me tocó invitar a comer a la fuerza de ventas de un mayorista. En la mesa, eramos 8 personas, 7 mujeres y yo.

Y como la relación que tenía con todas ellas era muy limitada, el engorroso silencio en la mesa mientras ordenábamos los platillos me hizo recordar esta dinámica, que, sin pensarlo demasiado, expliqué las reglas y comencé con mi dos verdades y mi mentira, para romper el hielo.

La reacción en mis invitadas fué la esperada... al cabo de unos minutos, el mustio silencio colectivo se había convertido en carcajadas de las vendedoras que atónitas descubrían verdades de sus compañeras que instantes antes juraban conocer a la perfección.

Al término de la comida, justo cuando pedía la factura, el silencio se volvió a apoderar de la mesa. Ahora en el ambiente estaban las miradas de complicidad de las muchachas por haber compartido verdades -que en su mayoría fueron indiscreciones- y se había firmado un pacto de silencio y confidencialidad... y yo formaba parte de este grupo de secretos.

Ahora, en la oficina, seguimos hablando -en clave- de los secretos revelados... las sonrisas ya forman parte de la decoración de mi compañía en la ofina de mi cliente.

En la misión de venir a generar simpatía, creo que he ganado la primer batalla.

viernes, julio 06, 2007

En mi post anterior, quizá olvidé hacer una felicitación personal al señor Slim por su logro millonario. Contra él, francamente no tengo nada más que la sana envidia que cualquera que lee este post podrá compartir conmigo.

Pero no, mi bronca no es contra él. Creo que él sólo ha sido uno de los afortunados -que son varios- de las políticas neoliberales -y la corrupción- que se han practicado en nuestro país en los últimos 30 años, y que han permitido que en cosa de años, pocos hombres hayan sido beneficiados con millonarios negocios, licitaciones a modo, concesiones pactadas, y por supuesto, el deshonroso aval del gobierno en monopolios inmorales.

¿Qué sería hoy de la riqueza de Slim sin la adquisición de un TELMEX que compró -a crédito- a un costo muy inferior al real, y con la sospechosa complicidad del presidente en turno?

Sí. Esa tendencia neoliberal que ha permitido el enriquecimiento de pocos, y el empobrecimiento de muchos es lo que me tiene indignado.

No, mi bronca no es con él, ni con los otros pocos que se han beneficiado de estas suculentas oportunidades... cualquiera habría hecho lo mismo, supongo. La bronca es contra el modelo que, debiendo regular esos crecimientos de riqueza tan desproporcionados, ha metido en la pobreza extrema a la mitad de los mexicanos; y es una tendencia que no veo cómo una "reforma fiscal" pueda frenar. Es un tema más de fondo, de política.

Hoy en día, con esa política del "libre mercado", de "liberalismo económico", -demostrado está en nuestro país- por lo menos la mitad de los mexicanos no podrá participar. Creo que cuando se hacen los planes de gobierno, sólo se piensa en esa otra mitad de los mexicanos que son dueños de los medios de producción, los grandes y los pequeños, y toda esa clase media que les servimos para que esas empresas funcionen.

En el otro post preguntaba si alguien tiene las cifras de la pobreza en México desde hace 30 años... tambien podría preguntar si alguien conoce las cifras de delincuencia y violencia en este mismo periodo de tiempo. Sólo para descubrir si existe una relación entre la pobreza y la delincuencia.

Quisiera hacer, deveras, sólo por morbo, una comparación de índices de pobreza y delincuencia de los años 70's en México contra los índices que tenemos hoy, y poder demostrar lo que a todos ojos está visto: Cada vez somos más pobres y más víctimas de la delincuencia.

¿Porqué habríamos de creer que el gobierno desea ayudar a los pobres?; Si ese tema ni siquiera figura en la agenda pública.

La tendencia es clara: por un lado tenemos a un hombre que tiene el título de ser el más rico del mundo, y el mismo país, tenemos municipios con más del 90% de pobreza extrema. Y creo que llegará el momento en que esta gente no aguante más...

Si nuestro país fuera como una cubeta con cangrejos, como dice Esteban en su comentario del post anterior, el señor Slim, sería dueño de la cubeta y de todos los cangrejos que estamos adentro... y obviamente, le gustaría que fuéramos más.

jueves, julio 05, 2007

Hace apenas un par de días, nos enteramos que Bill Gates, el legendario magnate y enigmático personaje había perdido su aparentemente exclusivo sitio en el primer lugar de los hombres más ricos del mundo.

Cobijado en el país más rico del orbe, y aprovechando la coyontura de la explosión tecnológica y el brutal consumo de productos de cómputo, Gates había sorprendido al mundo con su ingenio y capacidad de colgarse de esta oportunidad para hacerse, a su corta edad, el hombre más rico del mundo.

Pero desde hace apenas unos días, esa posición ha sido arrebatada por un hombre, quizá menos emblemático: Carlos Slim. Apesar de que este hombre ya tenía algunos años figurando en esta exclusiva lista, al enterarme de que este mexicano había conquistado la cima, estuve a punto de escribir en mi blog un comentario que pensaba desarrollar la pregunta "¿Motivo de orgullo o de vergüenza?".

Por alguna razón, no pude escribir mis comentarios respecto a esta nota, pero esta mañana, revisando los diarios, una gota más derramó mi ánimo y aquella pregunta que quería desarrollar en días pasados fue resuelta con una enérgica respuesta: "¡Vergüenza!".

Resulta que para quienes sienten orgullo de ver a un mexicano en la cima de los hombres que poseen más riqueza en el mundo, es importante tambien mostrarles que existe la otra cara de la moneda: La extrema pobreza.

En ese mismo país donde está el hombre más rico del mundo con casi US$68,000'000,000, el 47% de los mexicanos no poseen ninguna propiedad; 25% no son capaces de comprar la canasta básica y 18% de nuestros paisanos no son capaces de tener alimentos suficientes para nutrirse.

No estoy seguro, lo confieso y me encantaría que alguien que lea esta nota y tenga el dato me lo pueda hacer llegar, de cómo se han comportado estas cifras en los últimos 30 años, pero tengo la impresión de que, mientras la riqueza se siga acumulando en un sólo bolsillo, cada vez más mexicanos entran en esta desprestigiada cifra de la pobreza.

Definitivamente el modelo económico que los políticos se aferran a seguir no está funcionando, no si se prentende traer a este país justicia social y oportunidades para todos.

Entiendo, si alguien me asegura que este mismo modelo ha sido exitoso en otros países; pero debemos reconocer que las condiciones en las que vivimos actualmente no son propicias para pretender competitividad cuando la mitad de los mexicanos no solo no poseen capital para invertir, sino que están preocupados por la supervivencia de sus familias.

Por si fuera poco, el gobierno federal lleva ya 7 años enfrascado queriendo aprobar una reforma fiscal para hacerse de recursos, enviando un mensaje contradictorio con ese gasto corriente que resulta igual de ofensivo a la situación en la que estamos.

¿Qué estamos haciendo mal? ¿Qué significa tener estabilidad macroeconómica? ¿De qué sirve tener controladas las variables macroeconómicas si hay mexicanos muriéndose de hambre? ¿Quién piensa que vamos por el camino correcto mientras más riqueza está en menos manos y más mexicanos tiene cada vez menos?

Esta situación rebasa mi inteligencia y no me es posible proponer una solución. Por el momento, puedo asegurar que lo que sea que se esté haciendo es insuficiente para resolverlo; de lo que sí estoy convencido es que antes de imponer cualquier modelo económico, debemos pensar primero en cómo saciar el hambre de toda esa gente.

lunes, julio 02, 2007

"¡No somos uno, no somos cien,
pinche pelele, cuéntanos bien!"
Clamor popular.


Ayer, junto con cientos de miles de personas de todas las clases sociales, ricos, clasemedieros, pobres; de todos los colores, morenos, blancos, indígenas, rubios; de todas las profesiones y oficios, empleados, comerciantes, obreros, campesinos; de todas las edades, niños, jóvenes, adultos, adultos mayores; junto con ellos, con todos ellos, llenamos el zócalo capitalino de una manera libre e incondicional, con la única intención de demostrarle a todo el mundo, entre otras cosas, que no somos pocos, que el movimiento sigue creciendo, y para seguir denunciando que el 2 de julio del 2006, nos robaron la elección presidencial con descaro y con cinismo.
Con orden, con buen ánimo, con conciencia, con coincidencias, nos juntamos para demostrar que no estamos solos.