Ya lo dice el viejo y conocido refrán: "Para conocer a Andrés, vive con él un mes".
Nada más cierto... Es complicado decirle a la gente cómo es una persona. Aunque la conozcas... pero cuando se trata de un bebé en la víspera de su primer año, se vuelve doblemente difícil... de cualquier manera, intentaré describir cómo es mi hijo.
Le gusta golpearlo todo. Todo cuanto puede golpear, ya está ahí, dándole manotazos. Le dedica especial atención a todos esos objetos que hacen más ruido.
Los garrafones, las puertas, la mesa, mi cara... como parte de la experimentación, el tacto, así en un uso violento, es su método favorito para conocer las cosas; por cómo suenan, por cómo se sienten, o por si se quejan de la sorpresa del manotazo.
Andrés apenas está por cumplir un año y ya tiene sus propias filias... golpear, como decía, es una... presionar botones, otra que tiene desde hace ya varios meses. Apenas descubrió que presionar un botón estaba ligado a una reacción, Andrés se ha convertido en un "presionadordebotonescompulsivo", si es que eso existe. Pero no puede tener un botón a su alcance, sin que pueda contener las ganas de intentar presionarlo... lo hace todo el tiempo: Con el control remoto, por ejemplo, y muestra una sonrisa maquiavélica cuando no nos lo esperamos y le cambia de canal justo en la parte más emocionante de la película... o presiona el botón de encendido del televisor, cuando logramos poner el control remoto fuera de su alcance, puede apagarlo/prenderlo reiteradamente hasta que uno de nosotros hace un gesto de desapruebo.
Con el radio, ya aprendió a prenderlo ya apagarlo a su antojo. A ponerle "play", "stop", "am", "fm"... El switch de la luz que es fácilmente alcanzable desde su cuna... Y los botones, y palancas del coche... parece que Andrés nació con un chip renovado que le hace entender cómo ejecutar comandos sólo presionando un botón.
Hablando de coches, su berrinche más memorable, fue, cuando, viajando en las piernas de su mamá, en el asiento de copiloto, se le ocurrió tomar el volante. La necedad ha sido otra de sus más grandes virtudes. Gritó, y pataleó a tal grado que seguramente la gente que lo veía desde la calle, pudo imaginar que sus deditos se habían atrapado al cerrarse la puerta.
Cuando no lo soportaba más, y cuando la calle era derecha, sin curvas, lo puse en mis piernas, y sus manos tomaron el control del volante... Milagrosamente en un instante, su carita se volvió sonriente y llena de satisfacción. Error. Ahora cada que se sube al coche, quiere ir manejando.
Le gusta meterse en cajas, tinas o cualquier hueco donde pueda sentarse. Y si la caja, o el bote, es demasiado pequeño para él, le gusta meter cosas... espero que conserve esa habilidad, para cuando podamos ordenarle guardar sus juguetes en su lugar.
Además comienza a definirse su refinado gusto musical. Ni toda la música alternativa que le gusta a su padre, fué de su agrado... ni la extensa colección de música latina a la que tiene acceso en nuestro librero, fué suficiente, ni toda esa música instrumental que Lina procuró para arrullarlo incluso desde antes de su nacimiento causó resultado. A Andrés le gusta Costel.
A una determinada hora del día, no recuerdo cuál, mientras no estamos, obviamente, con la complicidad de su nana, prenden el televisor y ven ese programa donde un payaso canta música grupera. Sí, un payaso, con todas sus letras, canta música grupera, tambien con todas sus letras.
A mi hijo le ha tomado menos de un año ir formando su personalidad... y a veces, cuando hago proyecciones al futuro, divago en cómo será en los próximos 15 años... la mayoría de las veces, me gusta lo que imagino... otras, lo confieso, termino aterrado.
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1 comentario:
T digo un secreto?? a mi me dio risa esa canción cuando la escuché, d hecho me sonó a cancion q cantaba seguramente alguien grupero NORMAL, pero con algun vocalista de edad aprox 18-22, cuando al enterarme q era un payaso, la verdad me decepcionó, mis espectativas eran otras, pero a Andres lo comprendo, pareciera q es una canción dedicada a niños. jajaja
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