Todavía puedo sentir la emoción de ver a mi hijo dar sus primeros pasos.
El viernes pasado, coincidiendo con su cumpleaños, Andrés caminó, por primera vez... Caminó con cautela, haciendo equilibrio con sus manos, y mirando, incrédulo con sus ojos grandes como platos, cómo daba un paso detrás de otro, tambaleante, sin ningún apoyo, sin que nadie le tomara de las manos. Sonreía, con una risita inmóvil, como si un movimiento de más en ese gesto, pudiera hacerlo perder el equilibrio.
Todo lo demás, será cuestión de práctica. Será cuestión de motivarlo a convertir esos cinco en diez pasos... luego veinte... cien...
Ahora que lo tengo lejos, y que no puedo ponerme de rodillas frente a él, pidiéndole que caminara hacia a mí, no tengo por hoy, otra alternativa que sólo recordar y volver a vivir esos primeros pasos de quien estoy seguro, será capaz de dar todos los que se proponga.
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1 comentario:
esta mu bonito y muestra la emoción de un padre al ver a su hijo dar sus primeros pasos...
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